Para captar el porqué de la reencarnación y
enterarnos de cómo hemos llegado a estar implicados en ello, hemos de
comprender en primer lugar la razón de nuestra existencia. Todos y cada uno de
nosotros fuimos creados por Dios como Espíritus, mucho antes de que la Tierra o
el universo material empezaran a existir. (Edgar Cayce)
La historia de tu
alma, es igual al total acumulado de experiencias de muchas vidas a lo largo de
miles de años, está grabada en tu mente inconsciente. No tenemos memoria
consciente de esas experiencias y aunque no seamos conscientes de ellas, tienen
una fuerte incidencia en las acciones y
decisiones que realizas a diario. Si pudieras acceder a tus archivos del pasado podrías ver todos los
personajes, profesiones, roles y funciones que fuiste experimentando.
Las experiencias
y lecciones de vidas pasadas siempre influyen en tu presente vida, a veces en formas poco comunes
o inesperadas. A través del proceso que llamamos Evolución hemos experimentado
todos los aspectos de la vida; hemos experimentado la vida en ambos géneros;
hemos vivido nuestras vidas con diferentes razas; hemos tenido diferentes
religiones; hemos habitado numerosas tierras; y hemos sido ciudadanos de muchas
naciones. Como resultado de nuestras variadas experiencias, hemos aprendido
lecciones de esos tiempos y lugares.
Las memorias de cada
una de nuestras vidas pasadas se configuran en lo que podemos llamar un patrón.
Un patrón es ciclo
repetitivo en nuestras vidas. Es la combinación de acciones y cualidades que todos
tenemos, seamos conscientes o no. Un patrón es cualquier cosa que actúa como
modelo o guía de la cual creamos una actitud que nos lleva a experimentar
situaciones repetidas.
Los patrones
pueden ser positivos y de los cuales podemos sacar provecho, o pueden ser complejos
y difíciles de llevar. Los patrones positivos hacen más fáciles nuestras vidas,
trayendo alegría y realización, pueden ser ciertas habilidades o destrezas
tales como el atraer abundancia y buenas relaciones. Por el otro lado, los patrones complejos
y difíciles son oportunidades para crecer y aprender. No son "malos"
pues sin desafíos nos estancaríamos y no evolucionaríamos. Estos patrones
incluyen miedos, fobias, odio, prejuicios, depresión, pérdidas, etc.