En el Campo de potencialidad pura, lo no manifiesto existe como una posibilidad a la espera de manifestarse. Puesto en otras palabras, todas las posibilidades existen en este mismo momento, y todas gozan de cierta probabilidad de deslizarse al estado que conocemos como realidad.
La física cuántica establece que, a nivel subatómico, todas las posibilidades existen en «términos de probabilidad» y que prestarle atención a una de ellas, la materializa en la realidad. Pero mientras ese estado de «indeterminación» se resuelve, las posibilidades son infinitas. En el escenario cuántico, la conciencia hace visible lo invisible. Todos creamos el mundo por medio de nuestra atención. Olvidar este don creativo es malentender el propósito con el cual vinimos al planeta.
El universo es un sistema sensible, inteligente y en constante interacción. El Campo de todas las posibilidades no está separado de nosotros, en realidad es nosotros. Y todo está relacionado con todo. En palabras del filósofo R.Waldo Emerson: «Hay una inteligencia común en todos los humanos. Cada persona es una entrada a esa inteligencia y a cuanto en ella existe. Reposamos en el seno de una inmensa inteligencia que nos hace receptores de su verdad, y órganos de su actividad».
En el Campo no hay sucesos separados, nada es local, sino que está correlacionado, la información está en todas partes a la vez, la memoria y la conciencia son compartidas, y la materia no es la característica principal del cosmos sino la vibración y la energía. La correlación instantánea, que el Campo hace posible, se manifiesta en todos los ámbitos: la física, la biología, la cosmología y la conciencia.
En este escenario de magia, tú eres el mago. Y para que la magia ocurra, es preciso creer en ella. Ahora mismo, te hallas tan cerca, o tan lejos, de tus deseos como lo estás de un pensamiento.