Un rayo de partículas subatómicas es dirigido
hacia una superficie sensibilizada que registrará sus impactos. Una pantalla es
colocada después entre la fuente de las partículas y la superficie
sensibilizada. Hay dos hendiduras en la pantalla a través de las que las partículas pueden pasar – la pantalla
si no las bloquearía. Cada una de las hendiduras
puede ser abierta y cerrada independientemente por el experimentador.
Las partículas subatómicas, como su nombre
implica, son concebidas como unas bolas de cañón muy pequeñas. El sentido común,
y las física newtoniana, sugiere que si ambas hendiduras están abiertas, el
doble como mucho de estas pequeñas bolas de cañón pasarán a su través que si solo está
abierta una. La realidad es que pasan más partículas si solo una hendidura está abierta.
Cuando el experimento fue llevado a cabo por
primera vez, presentó a los científicos un dilema. Para darle sentido a sus descubrimientos,
empezaron a postular que las partículas subatómicas
no eran partículas después de todo, sino que eran formas de onda.
La teoría de las ondas parecía solucionar el
misterio, excepto por un punto importante. Las partículas, que se comportaban como ondas
mientras pasaban a través de las dos hendiduras en la pantalla, rápidamente
volvían a convertirse en partículas inmediatamente
después. Una onda golpeando la superficie sensibilizada la impactaría naturalmente toda a la vez, como una ola del
mar rompiendo contra la playa. Pero el experimento muestra que esto no ocurre.
Las partículas golpean en lugares específicos, como pequeñas bolas de cañón.
Los
físicos empezaron a referirse a la dualidad ondapartícula (que nombraba la conducta,
pero no la explicaba) y vivieron durante años con el incómodo conocimiento de que las partículas se
comportaban como partículas en ciertas circunstancias y como ondas en otras. Es
importante apreciar que la dualidad onda-partícula
funciona, lo que es decir, al considerar a las partículas subatómicas de esta forma, los científicos han
sido capaces de predecir adecuadamente
la conducta de estas partículas a través de un amplio rango de situaciones. En otras palabras, la dualidad es
real – simplemente no tiene mucho sentido.
Tenía
tan poco sentido, de hecho, que los físicos empezaron a preguntarse si la "onda" existía en el mundo
objetivo después de todo. Teorizaron que realmente podría ser una conveniencia mental
que les permitía seguir la pista de lo
que estaban viendo, otro ejemplo más de la función organizadora de la mente humana.
Función Organizadora de la Mente:
Mire a través de la ventana. Ve árboles, autos, personas,
y cosas similares. Pero de hecho no está
viendo ninguna de esas cosas. Lo que está ocurriendo es que la luz es reflejada por una completa serie de estructuras
diferentes. La luz se refleja en la estructura,
alcanza a su ojo, excita los receptores de su retina que disparan un pulso eléctrico
a lo largo del nervio que a su vez lleva la información a su cerebro.
Su cerebro es acribillado con todo tipo de
información cada segundo del día. Lo que su cerebro hace es organizar esa información para
que tenga sentido para usted. Lo hace imponiendo patrones sobre la información,
de una casa, de un auto, de árboles y cosas así.
Es esta función organizadora, la que le permite
reconocer un árbol, incluso si nunca ha visto
esa especie particular de árbol con anterioridad. Está caminando a través de
una selva tropical, gira en una esquina
y se cruza con un tipo de árbol con el que no está familiarizado. Puede que no
sepa que está ante árbol que crece en una determinada región y lo llaman el
árbol NN, pero sabrá que es un árbol y no un elefante. La función organizadora que hay dentro de su cabeza se
asegura de eso.
Ondas
de Probabilidades:
Así que los físicos empezaron a pensar que la dualidad onda-partícula
realmente era parte de su propia función organizadora. La "onda"
realmente era una colección de posibilidades que se comportaban de una manera ondulada. En otras palabras, su partícula
básica todavía era una pequeña bala de cañón,
pero en lugar de observar simplemente la
conducta de pequeñas balas de cañón usted
tomaría en cuenta todas las cosas varias que podrían ocurrirle a una pequeña bala de cañón, todas las
posibilidades, que es lo mismo, y su
mente las organizaría en una estructura
ondulada. Las partículas cuánticas empezaron
a ser vistas cada vez más como ondas de probabilidad.
Si usted aplica este pensamiento al problemático experimento de la doble hendidura,
puede ver su atractivo. Dado el concepto de la onda de probabilidad, podemos retornar a la reconfortante
imagen de las partículas como pequeñas
balas de cañón. Conforme cada pequeña bala se acerca a las dos hendiduras abiertas en la pantalla, la
onda de probabilidad (que solo existe realmente
en su mente) representa las diferentes posibilidades abiertas a la partícula, en esencia si pasará a través de la
hendidura de la derecha o de la izquierda, o si
chocará con la pantalla y será absorbida o desviada. La onda de probabilidad no predecía precisamente a dónde
iba la partícula, solo a dónde era más
probable que iría.
La teoría de las ondas de probabilidad explicaba eficientemente la
conducta de la partícula, pero dejaba un
exasperante problema. Si las ondas-partículas eran realmente ondas de
probabilidad y las ondas de probabilidad realmente eran una función organizadora de la mente de los científicos
en observación, ¿cómo se explica el hecho observable de que las
probabilidades de alguna manera se las ingeniaban
para interferir las unas con las otras exactamente como las formas de onda físicas?
Universo Paralelos:
En 1957, un joven físico americano llamado Hugh
Everett encontró la respuesta. En un
argumento de deslumbrante simplicidad, sugirió que si dos probabilidades pueden interferir la una con la
otra, cada una de ellas debe tener una
existencia real. Pero dado que no hay forma de que ambas probabilidades puedan existir en nuestro
universo, se desprende lógicamente que
debe haber un segundo universo paralelo, que aloje a la segunda probabilidad.
Las implicaciones de la teoría de Everett son bastante
extrañas. Implican una interacción en
curso entre los dos universos paralelos, que se dividen y fusionan continuamente en relación a eventos
específicos. En el famoso experimento de
las dos hendiduras, la separación de los dos universos produce la conducta ondulada, mientras que la fusión
nos lleva de vuelta a nuestra pequeña
partícula bola de cañón.
¿Es
este "segundo universo" al que hemos estado llamando Plano Astral?
Es un poco pronto para decirlo, pero, de una forma interesante,
las ideas esotéricas ayudan a clarificar
los más desesperadamente frustrantes aspectos de la teoría científica, la irritante
toma de consciencia de que, no obstante los muchos universos paralelos que invoque, las probabilidades persisten como una
función de la mente humana.
Los físicos cuánticos creen que en la onda de
probabilidad, dos partículas existen en universos
separados. Las partículas son idénticas, pero su conducta varía, en el experimento fundamental que hemos estado
examinando, las partículas van a través de diferentes hendiduras dependiendo
del universo en el que ellas habiten. Un corolario de esto es
que todo lo que existe en nuestro universo físico debe tener un tipo de reflejo
en el universo paralelo, y esto incluye
la probabilidad de reflejos tanto de ti como de mí.
Fuente: J.H. Brennan.
Fuente: J.H. Brennan.