Un egregor es
una acumulación de energía, una masa de vibraciones que se concentra en planos
no físicos, desde el etérico al mental, y que está asociado a un determinado
concepto, arquetipo, emoción, forma de pensamiento, etc. Hay egregores
positivos, o podríamos decir que compuestos por energías de carga positiva, y
hay egregores que son todo lo contrario, asociados a miedos, temores, y todo el
abanico de emociones y energías derivados de ellos.
¿Cómo operan los
egregores energéticos sobre nuestros campos de información alterando nuestra frecuencia
o estados del ser?
El conocimiento
de estas formas de energías nos lleva a poder abordarla desde un lugar que,
desde muchas terapias al no conocer este proceso no pueden operar directamente
sobre él.
Un egregor desde
el punto de viste energético es un campo vibratorio de energía e información
que se forma dentro de nuestra aura. El campo de vibración va creciendo a
medida que vamos alimentándolos con determinados tipos de pensamientos y
sentimientos, percepciones sobre nuestra realidad, creencias, y todo tipo de
información histórica que vamos llevando dentro de nuestra psique.
Que luego vamos
a ir proyectando en ese egregor o cúmulo energético que va creciendo y va
conformando una estructura que de a poco se va aislando de nosotros. Se hace
autónomo y auto-consciente, y su función, ahora, es de reproducir los mismos
pensamientos y sentimientos, la misma forma de percibir la realidad, porque esa
emoción que causa este proceso funciona como alimento para este egregor.
La estructura
del egregor tiene una condición de supervivencia bastante ordenada, y su
inteligencia instintiva va a tratar de llevarnos siempre a pensar y a sentir en
la misma dirección. Cuando llevamos a cuestas este proceso durante mucho tiempo
este egregor se va haciendo independiente de nosotros, y se transforma en un
obsesor interno, en una energía compulsiva que nos lleva siempre a hacer las
mismas cosas, las mismas acciones, logrando así un condicionamiento en nuestra
psiquis y que nos resulta muy difícil salir de nuestra rueda hipnótica que
generan los egregores energéticos.
Lo denominamos
también formas pensamientos o elemental artificial creados por nosotros
mismos, se ubican generalmente a la altura de nuestra cabeza y dentro de
nuestro campo energético o aura, dándonos una comprensión de la realidad que
pasa a través de sus filtros, es decir, esa campo energético genera una
distorsión de lo que es nuestra realidad.
Naturaleza corpórea de un Egregor:
Cada vez que
pensamos, proceso que corresponde al cuerpo mental, se forma una estructura
energética que genera una vibración o frecuencia determinada, dependiendo del
tipo de pensamiento que llevamos, y que además, ese pensamiento lleva asociado
una emoción que lo define, proceso que corresponde al cuerpo emocional. De esta
forma se crea un cúmulo de energía que podemos llamar un egregor o forma de pensamiento.
Si esta
estructura se mantiene durante un tiempo y en una determinada dirección, va
conformando lo que llamamos el egregor, y si continuamos aún, esta estructura
se vuelve independiente de nosotros.
Queda formada
por un campo mental y un campo emocional y va tomando autoridad sobre nosotros
porque va generando una especie de hipnosis, haciendo que siempre pensemos y sintamos
en la misma dirección, ya que es una forma de alimentarse. Esto genera una
dependencia que tenemos nosotros hacia un modelo de pensar y sentir porque la
estructura del egregor es muy fuerte.
¿Cómo se borra un egregor?
Con la intención
de hacerlo. Con un trabajo energético que pasa por conectar con ese campo de
energía, por “recogerlo” mentalmente o con la fuerza de tu voluntad en algo que
puedas manejar, por ejemplo, puedes convertirlo en una en una sola “bola energética”,
del tamaño y colores que según lleguen a través de tu intuición, y una vez tengo
la “bola energética” bajo el control de tu voluntad, la transmutas, la disuelves
y la mandas de vuelta al estado primordial del que nació, puedes decirle, vuelve
al “éter”. Cada vez que haces esta limpieza haces un “reset”, te liberas de la
energía proyectada.