sábado, 8 de junio de 2019

Egrégores o Péndulos Energéticos



Todo el mundo tiene más o menos un sentido de la obligación. Todo el mundo  de uno u otro modo «sirve» a diferentes grupos y organizaciones, como la  familia de uno, asociación, instituciones educativas, el lugar de trabajo de uno,  el partido político de uno, y el gobierno, etcétera. Todas estas estructuras nacen y empiezan a desarrollarse cuando un grupo aislado de personas empiezan a  pensar y actuar del mismo modo. Luego, van uniéndose nuevas personas a la organización/grupo y la estructura crece, gana fuerza, obliga a sus miembros a  seguir las reglas establecidas, hasta que alcanza un punto en que la estructura es  capaz de subyugar a grandes grupos sociales a su voluntad. A nivel de la realización material, las estructuras energéticas están compuestas de gente (unidas por fines comunes) y objetos materiales, tales como edificios, construcciones, muebles, instalaciones, tecnología, etcétera.

Una estructura se crea cuando los pensamientos de un grupo de gente se  enfocan en una dirección. Así, los parámetros de su energía mental se hacen  idénticos. La energía mental de individuos independientes se mezcla en una   corriente. De ahí que, en medio del océano energético, se crea una estructura  energética independiente basada en información que es llamada el péndulo energético. Esta estructura empieza a obtener vida propia, y hace obedecer sus leyes a aquellos participantes en su creación.

Los péndulos mientras más alto y más rápido oscila, más gente —partidarios— lo alimentan con su energía. Cada péndulo tiene su propia frecuencia característica  de vibraciones. Por ejemplo, puedes hacer subir alto las oscilaciones en el aire  sólo aplicando una fuerza de una cierta frecuencia. Este tipo de frecuencia se  denomina resonancia. Si el número de partidarios de un péndulo decrece, su  oscilación bajará y finalmente su movimiento de oscilación se extinguirá. Cuando no hay más partidarios para hacer oscilar el péndulo, se detendrá y  como entidad, morirá. Hay varios ejemplos de péndulos “muertos”: las antiguas  religiones paganas, los utensilios de piedra y las antiguas formas de armamento,  las antiguas tendencias de la moda y los discos de vinilo... En otras palabras, todo lo que existió antes y ya no se utiliza.

He aquí ejemplos de péndulos que existen en la naturaleza y la vida salvaje: colonias de bacterias, poblaciones de seres vivos, bancos de peces, manadas de  animales, macizos forestales, praderas, colonias de hormigas, etc. Cualquier  estructura compuesta de organismos vivos, de una naturaleza relativamente  homogénea y ordenada puede formar péndulos.

Y puesto que cada organismo vivo representa una unidad energética, puede también ser considerado un péndulo. Cuando un grupo de estos péndulos  singulares empiezan a oscilar al unísono, crean un péndulo grupal. Está por  encima de sus partidarios como una superestructura; existe como estructura  particular e independiente y establece reglas para mantener unidos a sus  partidarios, pero también para atraer a nuevos. Tal estructura es auto-gobernada en el sentido de que se desarrolla independientemente, según sus  propias leyes. Sus partidarios no saben que actúan según las leyes del péndulo, y no por su libre voluntad. Por ejemplo, un aparato burocrático se desarrolla como una estructura autónoma, independientemente de la voluntad de cada  uno de sus funcionarios. Por supuesto, un funcionario influyente puede tomar  ciertas decisiones independientes, pero estas decisiones no pueden ir en contra  de las leyes del sistema; de otra manera, tal partidario será rechazado. Incluso  una persona sola, que es ya un péndulo por sí misma, no siempre es consciente  de sus propias motivaciones. Un ejemplo de una persona tal es el vampiro  energético.

Cualquier péndulo es destructivo por su naturaleza, puesto que toma energía de sus partidarios y establece su poder sobre ellos. La destructividad del péndulo se  manifiesta en su indiferencia hacia la suerte de cada uno de sus partidarios. Su  único objetivo es obtener un flujo constante de energía de ellos; el péndulo no se  preocupa de que al partidario individual eso le resulte útil o no. Si una persona  está bajo la influencia de un sistema, tiene que vivir su vida según las leyes del  sistema; de lo contrario, el sistema lo masticará y lo escupirá fuera.

Si una persona tiene suerte, encontrará su sitio en el sistema, donde se siente  como pez en el agua. Siendo un partidario, la persona da al péndulo su energía,  y el péndulo, a su vez, le proporciona un entorno donde esta persona es capaz de  vivir. En cuanto un partidario empieza a romper las reglas de una estructura, la  frecuencia de su energía mental ya no está en sincronía con la frecuencia de  resonancia del péndulo. Al no poder recibir la energía de este partidario, esto  resulta en que el péndulo expulsa del sistema o incluso destruye al partidario  rebelde.

Si una persona es llevada lejos de las líneas que más le favorecen, entonces la vida en la estructura de un péndulo ajeno se convierte en un infierno viviente o  simplemente en una existencia deprimente y aburrida. Para este partidario, éste  se convierte en un péndulo destructivo. La persona que ha caído bajo su   influencia pierde su libertad; está obligado a vivir según las leyes impuestas y se  convierte en una pequeña pieza dentro de una enorme máquina le guste o no. Sin embargo, un hombre puede estar bajo el patrocinio de un péndulo y lograr resultados sobresalientes. Napoleón, Hitler, Stalin y otras figuras semejantes  fueron todos favoritos de péndulos destructivos. Aún así, el péndulo no se  preocupa del bienestar de sus partidarios, únicamente los utiliza para sus  propios fines. Cuando le preguntaron a Napoleón si alguna vez fue  verdaderamente feliz, sólo pudo recordar unos pocos días en toda su vida.

Los péndulos utilizan métodos refinados para atraer nuevos partidarios que vuelan hacia ellos, como polillas hacia una llama. A menudo una persona,  seducida por los trucos publicitarios del péndulo, se aleja de su felicidad ¡que  estaba todo el tiempo frente a ellos! Gente se une al ejército y perece ahí. Gente  se enrola en instituciones educativas y, en vano, dominan profesiones que no  son realmente las suyas. Gente encuentra trabajos que sienten ajenos, pero que  son supuestamente prestigiosos. Trabajan y se empantanan en problemas. Traen extraños a sus vidas y terminan sufriendo.

Muy a menudo, la actividad de un péndulo lleva a la destrucción de los destinos de sus partidarios individuales,  a pesar de que intenta ocultar sus verdaderos motivos, disfrazándose de virtuoso  y benévolo. Para una persona que ha caído bajo la influencia de un péndulo  destructivo, el principal peligro consiste en que el péndulo desvía a su víctima de aquellas líneas de vida donde encontraría la verdadera felicidad. (Transurfing)
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