El estudio
hacia este conocimiento debe ser el primero de todos los estudios, pues sin
salud, sin tranquilidad, y sin la aptitud de dominar las circunstancias ¿Qué podemos
lograr en cualquier asunto? Y saber concentrar nuestros poderes y
consagrarlos plenamente a la vocación que hayamos elegido, es hacer de nuestro
trabajo un goce y no una penosa labor.
Estamos en
una situación análoga a la del hombre que quisiera hacer correr una máquina sin
tener el suficiente conocimiento. Él necesita hacer antes repetidos ensayos, y
nosotros también. Él tiene que buscar la fuerza motriz, nosotros también, y
además, aprender a usarla y saber dirigirla.
Para manejar
la máquina humana debemos, por decirlo así, abrir la llave a cierta corriente
de pensamientos y esa corriente estará entonces, como está siempre, a nuestra disposición.
Hay dentro
de nosotros dos pensamientos respectos a nosotros mismos: un Pensamiento
Verdadero y el otro Falso. Este último no es nada más que una ilusión y, sin
embargo, mientras está en nuestra mente, nos parece real, y actuamos conforme a
él. Creemos que somos débiles y actuamos de acuerdo con esta idea.
Éste mismo
principio se aplica a las enfermedades, cualquiera que sea su especie. Podemos
tener alguna molestia interna y pensar que es un cáncer. Si lo pensamos con la
suficiente energía, se convertirá en un cáncer. Por la inversa, podemos estar
sufriendo actualmente de cáncer y si nos hacen pensar hasta convencernos de no
lo tenemos, el cáncer desaparecerá.
Pero ¿cómo
se nos puede convencer de que no tenemos cáncer cuando existe en realidad? ¡Ah!
Pero, ¿es que realmente lo tienes? Esa es la cuestión, pues todo depende de lo
que creas al respecto. Si crees que tu cuerpo físico eres tú, entonces no cabe
duda alguna de que sufrís de cáncer. Si entiendes y crees que eres una entidad
Espiritual e inmortal sin principio ni fin, y que tiene el poder de revestirse
de muchas distintas envolturas carnales a las que llamarás cuerpo.
Mientras
pienses que tú eres el cuerpo o que tu cuerpo eres tú, no puedes pretender
superioridad alguna sobre ninguno de sus estados o actividades, ni ser capaz de
tenerlo bajo nuestro dominio.
Cuando trabajas en el entendimiento y afirmas
que la Entidad Espiritual que eres no puede enfermar ni tener ningún defecto y
cuanto más profundizas esta verdad, más positivo se hará tu pensamiento porque
comprendes que eres en Verdad el Ser Real y ya no estás sujeto a la ilusión. La
mente en su forma positiva está ahora Pensando la Verdad Divina, enardecida por
la Divina Energía y puede sanar tu cuerpo.
La pequeña
personalidad que crees que eres, comparada con el Yo Real, es como una ola en
la superficie del océano. Se levanta, se afirma y enseguida busca otra vez su
Origen y se unifica con él. La ola no se pierde se funde en el océano ¿acaso no
aparece otra vez?