Cuando inicias
una nueva relación sin antes haber limpiado, sanado y cicatrizado tus heridas
anteriores, entonces, llegas a ésta con una actitud de pérdida, por ejemplo, perder la confianza en ti mismo.
Al tener la otra
parte delante de ti, empiezas a detectar en tu radar que algo te gusta, algo
llama tu atención, entonces, empiezas a acercarte o das el espacio para que la
otra persona llegue a ti.
En esta aproximación
que ambos son responsables, empieza la idealización, este proceso si sigue
funcionando, es cuando ambos terminan poseídos por la ilusión que fueron
generando en sus mentes, y de creer que al fin sus vacíos van a llenarse.
Cuando pasamos a la siguiente fase, a concretar el vínculo, ambas partes están ya poseídas, en un estado de adicción total, es un “yo te necesito y tú me necesitas para seguir funcionando”. El cubrir las necesidades se convierte en un hábito que va coartando cada vez más la libertad de cualquier acción o decisión a tomar, ya que se cuidarán de no ir en contra de los códigos que protegen a esos hábitos, porque sienten que si la otra parte no está, entonces, quién va a desarrollar la tarea que venía realizando, y quién va a llenar los vacíos que la otra parte se encargaba.
Cuando pasamos a la siguiente fase, a concretar el vínculo, ambas partes están ya poseídas, en un estado de adicción total, es un “yo te necesito y tú me necesitas para seguir funcionando”. El cubrir las necesidades se convierte en un hábito que va coartando cada vez más la libertad de cualquier acción o decisión a tomar, ya que se cuidarán de no ir en contra de los códigos que protegen a esos hábitos, porque sienten que si la otra parte no está, entonces, quién va a desarrollar la tarea que venía realizando, y quién va a llenar los vacíos que la otra parte se encargaba.
En la relación
se acostumbra a decir que todo es un 50% y 50%, no es errado, porque este rango
te permite mantenerte dentro de un radio de estabilidad y libertad. Te permite
dejar también, que la otra parte se sienta estable y libre en la relación, ya
que cada uno respeta el mundo que se ha venido construyendo durante los años, pasiones,
gustos, amistades, etc.
Cuando pierdes
parte de tu 50% o la otra parte es quién pone más de su 50% es cuando viene la
inestabilidad y luego el caos, que luego pueden remontar, no es una tarea fácil, pero es posible si se lo proponen.
Como comentaba
al principio, si no has sanado viejas heridas, entonces, es casi seguro que osciles
entre poner más de lo que te corresponda y/o exigir al otro una mayor inversión, es aquí que empiezan las manipulaciones, el control y las posesiones, y ambos se impiden ser
lo que tienen que ser.
Cuando ambos se
mantienen en el 50%, no hay inestabilidad, no hay necesidades, solo hay
realización en la pareja, se comparte el camino que ambos iniciaron. Si la otra
persona invierte mucho menos del 50% que le corresponde, esta en ti en elegir
si deseas seguir en el vínculo o seguir por tu cuenta.
¿Cómo sabes si
estás en una relación adictiva?
-Si estás
buscando algo y no sabes qué es.
-Si estás
buscando una parte de ti y no sabes cuál es.
-Si tu estado
del ser cambia cuando esa persona se va.
-Si tu actitud
cambia cuando exterior deja comportarse como tú quieres.
Para salir de la
fase de dependencias empieza por cuestionarte lo siguiente:
¿Qué te hace
falta?
¿Qué estás
buscando?
¿Qué necesitas y
exiges del exterior?
¿Qué es lo que
temes?
¿Qué culpas
sientes en este momento?
Tomate tu tiempo para responder a cada una de las preguntas, anota las respuestas y empieza a trabajarlas una a una.
Tomate tu tiempo para responder a cada una de las preguntas, anota las respuestas y empieza a trabajarlas una a una.