Estamos
vivos y por el solo hecho de estarlos merecemos ser felices y la felicidad no
consiste en lograr cosas. Las personas felices son personas que han alcanzado
el éxito y para alcanzar el éxito tenemos que saber lo qué es el éxito.
Si sientes
que no eres una persona exitosa y quieres alcanzar el éxito entonces, vamos a
ver qué es el éxito: El éxito no tiene nada que ver con la fama, no tiene nada
que ver con el dinero, no tiene nada que ver con la profesión a la que te
dedicas, no tiene nada que ver con la familia de origen, ni con el físico que
tienes.
El éxito
actualmente se confunde con la fama, las personas que son famosas no significa
que sean exitosas, la fama tiene que ver con un reconocimiento social a tu
personaje, y que normalmente con la fama puedes conseguir algún dinero.
Pero el
éxito es algo mucho más simple, la fama no, ya que tienes que mantenerla,
porque lo difícil no es llegar sino mantenerte ahí. El éxito no tienes que
mantenerlo, es un estado de consciencia. Es decir, solo tienes que estar
consciente de él instante a instante.
Para empezar
a acercarnos al éxito lo primero que tenemos que tener es un compromiso con
nosotros mismos, el éxito jamás es un objetivo como lo es la fama o querer
ganar más dinero. El éxito es un propósito, es la energía que te inyectas para
seguir dando pasos en tu camino. Tiene que ver con la realización, es elevar tu
condición humana a tu condición divina. El éxito es igual a realización.
Para
realizarte tienes que estar cumpliendo la misión de tu vida, tienes que encontrarte
en una coherencia que te permita vivir en paz con lo que haces y desde donde lo
haces, es decir, cuando estás haciendo lo mejor que puedes hacer en cada
instante y estés como estés, estés donde estés y puedas con toda sinceridad
saber para qué lo estás haciendo, es cuando puedes sentir que tu vida tiene un
sentido y más allá del reporte que te da lo que estás haciendo, obtienes ya una
devolución instantánea que es la gratificación. La gratificación del éxito es hacer
lo que en verdad disfruto haciendo y disfrutar lo que estoy haciendo.
Cuando estamos
en el camino del éxito es importante mantener esa coherencia, ya que en el
momento que entramos en incoherencia, entramos en luchas internas, éstas luchas
nos llevan al ausencia de paz, ésta ausencia de paz nos aleja de la felicidad y
terminamos confundidos. Cuantas más luchas internas tenemos, mayor espacio
tenemos para las energías de la duda y el miedo, y cuanto más dudas tenemos
menos corazón, más desconexión, menos certeza, menos éxito, etc.
Cuando estamos
en incoherencias nuestro cuerpo empieza a lanzarnos mensajes de “por aquí no
vas bien” y nuestra mente entra en una mayor confusión y nos hace sentir incómodos, logrando activar una serie de mecanismos en donde entramos en ansiedad porque en
el fondo no nos podemos engañar por mucho que lo intentemos, empezamos a sentir
que estamos yendo en contra de nosotros mismos. Dejamos de hacer lo que si
tenemos que hacer, empezamos a padecer haciendo lo que estamos haciendo y todo
nos parece un duro paso hacia ninguna parte, y lo malo no es caminar, lo malo
es pensar que estás caminando y que no estás moviéndote del sitio.
Es importante
también ver cuales son los mecanismos del fracaso para intentar acercarnos
cuanto más al éxito.
“La forma
más sencilla de derrotar a tu enemigo es hacerle pensar que ya está derrotado”. Es esto a un nivel inconsciente lo que nos hacemos a nosotros mismos.
Cuando nos
ponemos propósitos con los cuales no estamos comprometidos o alineados, lo fácil
es que no lo cumplamos logrando así el fracaso y la frustración.
No fijes
objetivos que no son alcanzables desde tu lugar presente.
No hay
cosas imposibles pero si hay cosas improbables. No te centres en lo improbable,
céntrate en lo posible y probable. Cuando vas logrando las cosas que son
probables tú ámbito de posibilidad va creciendo y es cuando puedes ponerte el
siguiente objetivo más lejano.
Desde nuestro
inconsciente familiar tenemos una huella del “fracaso”. Evalúa tú objetivo desde dónde y para qué lo quieres hacer, ya que tenemos programas
inconscientes que nos llevan a definir ese objetivo, donde luego entramos en un
bucle del cual no podemos salir, generando una carga que luego la vamos
sintiendo como fracaso y frustración y generamos una costra de “no puedo hacerlo
o no soy capaz”.
El
compromiso contigo mismo que luego lo haces extensivo con tu decisión
consciente a una empresa, una pareja, una familia, etc. Pero sin tú no estás comprometido
contigo mismo a ser lo mejor que puedes ser a cada instante, a estar atento a
qué corresponde ahora, a hacer lo que realmente quieres hacer, manteniendo la
lealtad a ti mismo y no en lo que te dicen o esperan. Y si tú no estás contigo
mismo en cada momento, cuidándote, amándote, observándote, conociéndote y empujándote
a dar el siguiente paso, no hay camino para el éxito.
El éxito
es igual de sencillo o complicado que el fracaso. Si quieres alcanzar el éxito
en un día “Fracaso”, porque el éxito no se da en un día, el éxito es una
sensación interna y va acompañado de abundancia, cuando tú vibras en éxito se
te acercan personas que vibran en éxito, se te abren vías para que descubras caminos
para seguir manifestándote, seguir realizándote, seguir acercándote más a ti, a
tu hogar, tu corazón, a tu esencia.
Saca
todo centramiento en lo que tienes que conseguir y mirar lo que ya has
conseguido, porque enfocándote en lo que perdiste y en lo que tienes que
conseguir, dejas de disfrutar lo que si hay. Centra tu atención en lo que ya
hay porque ellos son los pilares para que sigas caminando hacia ti, hacia tu
éxito.
Si un día
te alejas del compromiso que hayas asumido contigo mismo no te culpes ni trates
mal, es mirar desde dónde te has caído y luego volver a levantarse. Y si te has
equivocado en cómo has elegido el compromiso reubícate, no pasa nada, el sabio
cambia de opinión el necio es el que se queda en solo una razón y no se deja
mover de ahí. La vida es movimiento y solo cuando te estás moviendo puedes
estar en avance.
Todos podemos
alcanzar el éxito, todos somos seres con derecho a un éxito pleno, siempre y
cuando nos enfoquemos en el compromiso y desde el amor a Ser en cada instante
y dejemos de luchar contra las ideas del fracaso y dejemos de manifestar esas
lealtades a nosotros y esas inercias que nos llevan a hacer cosas que no nos
sientan bien y dejando de hacer cosas que sí nos sientan bien.
Busca un
momento de cada día para regalarte de ti, para estar contigo y conocer esa parte de ti que está esperando despertar.
Para generar
una memoria activa para recordar que estás, que eres y mereces la pena que
puedes y que no sea todo un esfuerzo y una lucha que al final genera centrarte
en lo externo buscando los objetivos que hacen más grande tu vacío y ampliar el
espectro de la frustración y el fracaso. (Virginia Blanes)