Inconscientemente todos sentimos en mayor
o en menor medida, el impresionante poder de nuestras heridas. Nuestros miedos,
si se alimentan de nuestros pensamientos inconscientes tienen el poder inverso,
¡y pueden lograr concretar aquello que más tememos! Sin embargo, al tomar
consciencia del potencial creativo de nuestros miedos, eligiendo utilizarlos
como un motor de nuestras órdenes conscientes, vamos a abrir nuevos caminos en
línea con lo que nosotros somos en esencia. Sino lo dirigimos conscientemente,
seguirán de forma natural el curso de los programas inconscientes que surgen de
las heridas más profundas. Haciendo coexistir estas dos emociones, como polos
de un imán, les damos una amplificación equivalente. Nuestro sentimiento de
seguridad posee luego una fuerza equivalente a la de nuestro miedo.
Así como la acción de un imán contiene la
presencia de dos polos, uno positivo y otro negativo, para que nuestras
intenciones o nuestros pedidos sean efectivos debemos integrar ambos polos correspondientes
a los aspectos de la ecuación.
La integración de estos dos polos tiene
por efecto magnetizar la intención consciente y hacerla efectiva.
Formular una intención en el modelo de la
dualidad, también sirve para anclarla en el día a día, aquí y ahora. Si me
quedo en mi malestar presente sin querer eliminarlo, sino simplemente tratando
de domarlo y conocerlo, entonces yo podría utilizarlo como un polo negativo con
la intención que yo formularé. Esto significa que en vez de sentirse impotente o
negativo, puedo usar mi vulnerabilidad como el polo negativo de mi intención,
yo la integraré a mi intención sin juzgarla.
Al hacer esto, me libero del modo de
pensar polarizado y entro en un proceso que no es muy lineal, pero que converge
en lo global y pertenece a la dimensión cuántica.
Nuestra autonomía pasa por la aceptación
de nuestra humanidad, y no por su rechazo. Nosotros tenemos tendencia a
magnificar nuestro lado divino y a decirnos “Yo estoy bien únicamente cuando
muestro mis aspectos de luz”. La verdadera belleza y el verdadero poder vienen
del equilibrio entre nuestra luz y nuestra sombra, siendo éste nuestro lado más frágil y vulnerable.
Deshacernos del pensamiento
mágico: Creer que todo se
va a solucionar algún día, que voy a llegar a mi objetivo sin tener que mover
un dedo en la dirección de la transformación, o que el mundo pronto me
descubrirá por si solo, es decir, creer que las cosas que yo deseo se harán
realidad por arte de magia. Esta actitud nos lleva a creer que todo debe ser
simple y genera frustración cuando la realidad no refleja esta creencia.
Cuando
esperas que tu incomodidad desaparezca como por arte de magia, estás abdicando
tú función como programador, tú poder sobre la realidad.
1-Utilizar
los programas antiguos para situarte en la posición de programador.
2-Identificar
el polo negativo (miedos, dudas, etc.), para luego integrarlos al polo positivo
de tu intención.
3-Integrar
el polo negativo.
4-Definir
las nuevas elecciones como el polo positivo.
5-Ambos
polos hacen que tu intención sea magnética.
0 comentarios:
Publicar un comentario