lunes, 25 de febrero de 2019

Las facultades que podemos activar y desarrollar




Telepatía
La telepatía puede ser definida básicamente como la comunicación de mente a mente, de una manera diferente de los cinco sentidos a los que la ciencia material limita al hombre, a saber: vista, oído, olfato, gusto y tacto, siendo vista y oído los sentidos más comúnmente utilizados. De acuerdo con la ciencia material, podría inferirse que si dos mentes se colocan fuera de la posibilidad de comunicarse mediante los sentidos ordinarios, no podría haber comunicación. Y, si se demostrara que bajo tales circunstancias la hubo, sería una conclusión razonable pensar que el hombre posee otros sentidos diferentes a los cinco que la ciencia material le ha asignado o reconocido.

El hombre tiene otros sentidos además de los cinco sentidos físicos, posee cinco sentidos astrales (contraparte de los sentidos físicos), que operan en los planos astrales y mediante los cuales puede ver, oír, gustar e incluso sentir, sin utilizar los órganos físicos normalmente asociados con estos sentidos. Además de esto, tiene un sexto sentido físico especial mediante el cual percibe los pensamientos que emanan de las mentes de otros, aun cuando estas otras mentes puedan encontrarse lejos en el espacio.

Hay un gran punto de diferencia entre este sexto sentido físico especial y los cinco sentidos astrales. La gran diferencia es esta: Los cinco sentidos astrales son contrapartes astrales de los cinco sentidos físicos, que funcionan en el plano astral tal como los sentidos físicos actúan en el plano físico, habiendo un sentido astral que corresponde a cada órgano físico y, aunque la impresión astral no se reciba a través del órgano físico, llega a la conciencia a través de sus líneas, tal como lo hace la impresión recibida a través de los canales físicos. Pero este sexto sentido físico especial “sentido telepático”, tiene, tanto un órgano físico a través del cual recibe las impresiones, como una contraparte astral, igual que tienen los demás sentidos físicos. En otras palabras, tiene un órgano tan realmente físico como lo son la nariz, el ojo o el oído, a través del cual recibe verdaderas impresiones “telepáticas” ordinarias, y que es utilizado en todos los casos incluidos bajo la denominación de “telepatía”. La contraparte astral se utiliza en el plano astral en ciertas formas de clarividencia. Aunque es a través del órgano físico telepático que el cerebro recibe las vibraciones, u ondas de pensamiento, que emanan de las mentes de otros.

Enclavado en el cerebro, cerca del centro del cráneo, casi directamente encima del tope de la espina dorsal, se encuentra un pequeño cuerpo, o glándula, de color gris-rojizo y forma de cono, unido a la base del tercer ventrículo del cerebro, delante del cerebelo. Es una masa de materia nerviosa, que contiene corpúsculos parecidos a las células nerviosas, y que contiene también partículas calcáreas, a veces llamadas “arena cerebral”. Este cuerpo es conocido por la ciencia física occidental como “Glándula Pineal” o “Cuerpo Pineal”, habiéndosele adjudicado el término “pineal” a causa de su forma que recuerda la de una piña.

Este “Cuerpo Pineal” es el órgano a través del cual el cerebro recibe impresiones por medio de las vibraciones causadas por pensamientos emitidos por otros cerebros, en pocas palabras, es el órgano de la comunicación “telepática”. No es necesario para este órgano tener una apertura exterior, como la tienen el oído, la nariz o el ojo, porque las vibraciones de pensamiento penetran materia de la consistencia del cuerpo físico, tan fácilmente como las vibraciones luminosas penetran el vidrio, o las vibraciones de rayos X atraviesan madera, piedra, etc. La imagen más aproximada del carácter de las vibraciones del pensamiento se encuentra en las vibraciones enviadas y recibidas en la “telegrafía inalámbrica”. El pequeño “cuerpo pineal” del cerebro es el instrumento receptor de la telegrafía inalámbrica de la mente.

Cuando uno “piensa” coloca en el éter circundante vibraciones de mayor o menor intensidad, que irradian en todas direcciones así como las ondas de luz irradian de su fuente. Estas vibraciones, al golpear el órgano telepático en otros cerebros, causan una acción cerebral que reproduce el pensamiento en el cerebro del destinatario. De acuerdo con las circunstancias, este pensamiento reproducido puede pasar al campo de la conciencia o permanecer en la región de la Mente Instintiva.

Entonces, la telepatía puede ser considerada como la recepción por una persona, consciente o inconscientemente, de vibraciones, u ondas de pensamiento, emitidas consciente o inconscientemente por las mentes de otros. Así, la transferencia deliberada de pensamientos entre dos o más personas es Telepatía; y lo mismo es la absorción por una persona de las vibraciones de pensamiento de la atmósfera enviadas por otros pensadores sin ningún deseo de alcanzarla. Las ondas de pensamiento varían en intensidad y fuerza, tal como explicamos en la lección anterior. Desde luego que la concentración por parte del remitente o del receptor, o de ambos, intensifica la potencia del envío y la exactitud y claridad de la recepción.

Clarividencia:
El hombre tiene dentro de él facultades que le permiten “sentir” vibraciones que no son registradas por sus órganos físicos sensoriales ordinarios. Cada sentido físico tiene su correspondiente sentido astral, que está abierto a las vibraciones aludidas, las interpreta y los transmite a la conciencia humana.

De esta manera, la vista astral le permite al hombre recibir las tenues vibraciones astrales desde una enorme distancia; recibir estos rayos a través de objetos sólidos; percibir formas de pensamiento en el éter, etc. El oído astral permite recibir vibraciones astrales sonoras desde enormes distancias, y sutiles vibraciones que aún persisten después de transcurrido un largo tiempo. Los otros sentidos astrales corresponden a los demás sentidos físicos, sólo que al igual que los sentidos astrales de vista y oído son una extensión de los sentidos físicos.

Todas las personas tienen los aludidos sentidos astrales, pero comparativamente sólo unos pocos los han desarrollado como para poder utilizarlos conscientemente. Algunos tienen ocasionales chispazos de percepción astral, pero no están conscientes de la fuente de sus impresiones, sólo saben que “algo entró en su mente”, y a menudo desdeñan la impresión como una fantasía inútil. Con frecuencia esos despertares a la percepción astral son tan toscos y desmañados como los de un infante cuando sus sentidos físicos comienzan a recibir y traducir impresiones. El niño tiene que calibrar distancias al recibir impresiones a través de ojos y oídos, y también respecto al tacto. En cuanto al psiquismo, el niño tiene que atravesar por una experiencia similar, debido a los resultados confusos y poco satisfactorios del principio.

Clariaudiencia:
Clariaudiencia es oír en el plano astral por medio de los sentidos astrales. Casi todo lo comentado sobre la clarividencia es igualmente cierto para la clariaudiencia, la única diferencia es que se utiliza un órgano astral diferente.

Psicometría:
Así como a veces podemos recordar algo aparentemente olvidado, viendo alguna cosa que está asociada en nuestra memoria con ese algo, así mismo, algunas veces podemos abrir el reflejo astral de los archivos akáshicos de alguna escena particular o evento, tocando algún material asociado con ese evento o escena. Parece haber casi una afinidad entre un trozo de materia y la porción particular de los archivos akáshicos que contienen la historia pasada del objeto en cuestión. Un pedazo de metal, o piedra, o tela, o cabello abrirá la visión psíquica de las cosas previamente asociadas con él en el pasado. O, por otra parte, podemos ponernos en relación con personas vivientes, por medio de una partícula de su ropa, cabello, o artículos usados anteriormente por ellas, la condición de relación así establecida nos permite preparar más fácilmente el “tubo astral”. La psicometría es solamente una o más formas de clarividencia, puestas en funcionamiento por medio de algún eslabón de conexión entre personas o cosas, o algún objeto conectado con estas personas o cosas. No es un tipo distinto de fenómenos psíquicos, es solamente una variante de los otros tipos, combinando a veces en su manifestación varias clases de clarividencia.

Cómo Desarrollar Poderes Psíquicos:
“¿Cómo puede uno desarrollar el poder psíquico que tiene latente adentro?”.
Hay muchos métodos para ese desarrollo, unos pocos que son deseables; muchos que son indeseables, y algunos que son francamente dañinos. Como prácticas objetables nos referimos al uso de drogas estupefacientes, bailes de rotación, prácticas de vudú, los ritos repulsivos de la magia negra y otras prácticas similares que no consideramos prudente ni siquiera mencionar. Estas prácticas apuntan a producir una condición anormal similar a la intoxicación, y que, como la intoxicación y la adicción a las drogas, sólo conduce a la ruina física y psíquica. Es cierto que aquellos que se complacen en ellos desarrollan un orden bajo de poder psíquico o astral, pero invariablemente atraen hacia sí una clase indeseable de entidades astrales y a menudo se abren a la influencia de un orden bajo de inteligencias que los hombres sabios evitan cuidadosamente y se niegan a tomar en consideración.

Otras prácticas, medianamente indeseables, aunque no totalmente dañinas en el sentido de las mencionadas anteriormente, son más o menos comunes, tanto entre los hindúes de cierta clase y los occidentales. Nos referimos a los métodos de auto-hipnosis y de hipnosis por otros para producir, o inducir, una condición psíquica en la cual la persona es habilitada para captar vislumbres del mundo astral. Entre los métodos de esta clase  está en mirar fijamente algún objeto brillante hasta inducir una condición como de trance, o la repetición de alguna fórmula monótona hasta que se produce una condición de sueño. En esta misma clase colocamos el proceso ordinario de hipnotismo por otros con el mismo propósito.

Si desean experimentar un poco por sí mismo, es aconsejable que adquiera autodominio y practique concentración en el silencio. Muchos ya han tenido muestras de poder psíquico, y pueden practicar a lo largo de las líneas correspondientes a las manifestaciones que ya han tenido. Si es telepatía, practiquen con algunos de sus amigos y noten los resultados. Un poco de práctica obrará maravillas en ustedes. Si es clarividencia, pueden practicar con un cristal o un vaso de agua clara para ayudar a la concentración, y para formar el principio del tubo astral. Si es psicometría, practiquen recogiendo algún objeto, como un guijarro, una moneda, una llave, etc., y siéntense en silencio, mientras toman nota de las impresiones fugaces que al principio no llegarán a sus mentes sino confusamente.

Pero no se dejen arrastrar por las prácticas psíquicas, éstas son interesantes e instructivas, pero no son esenciales en esta fase del desarrollo. Conserven su mente siempre fija en la meta, el fin a ser logrado, el desarrollo del Verdadero Yo, la realización del Yo Soy dentro de ustedes, y la realización, aún superior, de su Unificación con el Todo.

“Antes de que los ojos puedan ver, deben ser incapaces de llorar. Antes de que los oídos puedan oír, deben haber perdido su sensibilidad. Antes de que la voz pueda hablar en presencia de los Maestros, debe haber perdido el poder de herir”. 
(14 Lecciones Yogui).
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