miércoles, 20 de febrero de 2019

Influencia y ataques psíquicos - ¿Por qué funcionan?



Desde las repulsivas prácticas de vudú del África, se puede trazar una línea recta hasta la epidemia de brujería en Nueva Inglaterra, y desde allí hasta el tiempo presente, cuando el mundo occidental aparentemente se ha vuelto loco por el “psiquismo”. Los libros de todos los tiempos están llenos de cuentos de influencia psíquica, hasta la Biblia contiene numerosos casos de su práctica para bien o para mal.

Ninguna magia negra afecta al hombre o mujer que conoce su verdadero lugar en la Naturaleza, sus poderes reales para resistir las prácticas de aquellos que han adquirido trozos de conocimiento oculto sin el crecimiento espiritual que les enseñaría cómo usarlos apropiadamente. Pero la persona promedio de hoy en día no conoce, y no podrá ser convencida, de su propio poder, y por consiguiente es incapaz de protegerse de los esfuerzos psíquicos incluso de aquellos que han obtenido sólo algunos fragmentos de enseñanzas ocultas, y los usan para fines egoístas.

El uso inapropiado del poder psíquico se conoce desde hace mucho tiempo entre los ocultistas como “magia negra” la cual, lejos de ser un remanente de la superstición de la Edad Media, es algo muy real y que hoy en día se practica ampliamente. Aquellos que la practican así están sembrando las semillas de su propio castigo, y cada golpe de fuerza psíquica empleado   con fines bajos y egoístas indudablemente rebotará y reaccionará sobre el que lo hace.

Afortunadamente, los que prostituirían de esa manera los poderes psíquicos saben relativamente poco sobre el tema, y sólo pueden utilizar sus formas más simples, pero cuando entran en contacto con los que desconocen completamente el asunto, pueden lograr algo con sus artes. Muchos hombres encuentran, a veces por accidente, que pueden influir sobre otros con su mandato y, con frecuencia, al no conocer la fuente de su poder, lo usan tal como lo harían con un poder físico o fuerza mental. Sin embargo, por lo general esas personas van aprendiendo gradualmente algo que las lleva a comprender mejor el asunto, y comienzan a ver su error. Algunas recogen un pedacito de la enseñanza oculta, y “prueban” otras, al ver el efecto, inician el camino hacia la “magia negra”, aunque escasamente sepan lo que están haciendo. Estas personas también son advertidas de alguna manera y se les dan todas las oportunidades para rectificar su error. Otros parecen entender algo del riesgo que están corriendo, pero lo asumen gustosamente, fascinados por su nuevo sentido de poder y deslumbrados por él.

A ninguna de estas personas se le permite ir muy lejos con su trabajo egoísta, pues hay ciertas influencias trabajando para neutralizar sus esfuerzos, y un pequeño bien siempre contrarresta una gran cantidad de trabajo psíquico egoísta.

Pero fuera de este trozo de “magia negra” elemental, del cual hemos hablado más a manera de advertencia y cautela, muchas personas están dotadas de facultades que les dan poder entre sus prójimos, hombres y mujeres, y su influencia se siente en la vida diaria, así como la influencia de un hombre físicamente fuerte se siente en una muchedumbre de personas más débiles. No se necesita sino una rápida mirada a los conocimientos de uno para darse cuenta de que algunos tienen una influencia mayor que otros. Algunos se ven naturalmente como líderes y maestros, mientras que otros verdaderamente sólo encuentran su lugar como seguidores. Estos hombres fuertes y positivos se ubican al frente en la milicia, en la vida comercial, el bar, el púlpito, en la práctica de la medicina y, de hecho, en todos los pasos de la vida y en todas las ramas del quehacer humano. No damos cuenta del hecho y decimos que ese hombre posee mucho “magnetismo personal” o que a aquel otro le falta. Pero, ¿Qué queremos decir con “magnetismo personal”?. ¿Puede alguien dar una respuesta inteligente?

En los últimos años han surgido muchos maestros pretendiendo haber descubierto el secreto y ofrecen enseñarlo por todos los rincones a tantos dólares por cabeza; se han hecho muchos anuncios sensacionales para atraer a compradores de “cursos” de instrucción, y se han hecho muchos llamados a los motivos más egoístas para despertar el interés por lo que se ofrece en venta. En la mayoría de los casos estos maestros no tienen prácticamente nada que ofrecer ni que enseñar, mientras que en algunos pocos casos han logrado a fuerza de trabajo un conocimiento suficiente del tema como para poder dar direcciones con lo cual uno que posea un grado suficiente de poder psíquico puede ganar cierta influencia sobre los ignorantes y débiles de la especie. Pero, afortunadamente, la mayoría de los compradores de estas enseñanzas no tienen la suficiente confianza en ellos mismos o en las enseñanzas como para poner en práctica los conocimientos relativamente exiguos que se les han dado.

El hombre o mujer de evolución y desarrollo espiritual pueden permitirse el lujo de sonreír ante los esfuerzos de estos aficionados a la “magia negra”, al menos en lo que respecta al temor a lesiones corporales o a efectos sobre ellos. Alguien así sube a un plano superior donde los esfuerzos del psíquico egoísta no pueden penetrar.

Influencia psíquica ¿Qué significa? ¿En qué consiste? ¿Cómo se pone en funcionamiento? ¿Cuál es su efecto?

Debemos comenzar con la mente instintiva. Es la primera forma de inteligencia alcanzada en la escala de la evolución y, en sus etapas más bajas se manifiesta enteramente en forma sub-consciente. Sus principios se remontan tan lejos como hasta la vida mineral, manifestándose aquí en la formación de cristales, etc. En las más elementales formas de vida vegetal se muestra, aunque débilmente, y está escasamente un grado por encima de lo manifestado por el mineral. Entonces, en fases lentas y progresivas, se hace más diferenciada y más alta en la escala, en la vida vegetal, hasta algunas formas superiores de plantas que incluso muestran alguna forma rudimentaria de conciencia. En el reino de los animales inferiores, la mente instintiva se ve en variadas etapas. Desde la inteligencia casi vegetal de las formas más bajas de vida animal hasta la inteligencia casi humana de algunos de los animales superiores. Enseguida, en las formas más bajas de vida humana la encontramos escasamente separada de la forma más elevada mostrada en los animales inferiores y, a medida que ascendemos en la escala, encontramos que va siendo sombreada, coloreada e influenciada por el intelecto, hasta que alcancemos la forma más elevada de hombre conocida en este momento.

En esta consideración de la mente instintiva, debemos pasar por alto su maravilloso trabajo de vigilar el funcionamiento del cuerpo físico, así como algunas otras de sus manifestaciones, para limitarnos al papel que la mente instintiva juega en el campo de la influencia psíquica, a propósito, una  parte importantísima, pues sin mente instintiva no podría haber ningún funcionamiento de la influencia psíquica, ya que no habría nada sobre qué actuar.

La mente instintiva es el instrumento manejado por la influencia psíquica. Con frecuencia hablamos como si el intelecto de uno fuera influenciado de esta manera, lo cual es incorrecto, porque la persona es influenciada a pesar de su intelecto y no por medio de él — la influencia impresiona con tanta fuerza la mente instintiva, que se ejecuta a pesar de las protestas del intelecto, como tantas personas recuerdan después para su pesar.

Comenzaremos con lo que se conoce como “sugestión”, y que realmente subyace en el fondo de todas las formas de influencia psíquica, personal o en “ausencia”. Por sugestión queremos decir la influencia o control de los pensamientos y acciones de otro por medio de una orden positiva, o una sutil insinuación del pensamiento deseado, o cualquier combinación de los dos, o cualquier cosa que pueda incluirse entre estos dos extremos. La sugestión personal es bastante común en la vida cotidiana, de hecho, constantemente estamos dando y recibiendo sugerencias, consciente e inconscientemente, y uno escasamente puede escapar del dar y recibir, por cuanto se asocia con otras personas, oye sus voces o lee lo que otros han escrito o impreso. Pero estas sugerencias cotidianas son relativamente insignificantes, y carecen de la fuerza de una sugestión consciente y deliberada por parte de alguien que entienda el “arte de sugerir”. Veamos primero cómo y por qué se reciben y actúan las sugestiones.

Como hemos dicho, en las formas tempranas de vida, la mente instintiva trabajaba sola, no influenciada por el intelecto, totalmente inconsciente como en la vida vegetal (pues aún no se había desplegado o desarrollado). A medida que se ascendía en la escala de la evolución, el animal comenzó a hacerse ligeramente consciente, a “darse cuenta” de las cosas, y a realizar algo así como un primitivo razonamiento sobre ellas. Para protegerse de sus enemigos, el animal tenía que ser guiado por la rudimentaria conciencia que empezaba a desplegarse, y que se manifestaba en y a través de la mente instintiva. Algunos animales progresaron más rápidamente que otros de su tipo, y naturalmente empezaron a hacer valer sus derechos y su peculiar poder, se encontraron pensando por sus compañeros. Llegaron a ser reconocidos como aquellos a quienes se acudía en casos de peligro, o cuando la comida escaseaba y generalmente su liderazgo era reconocido y respetado. Los líderes aparecieron en bandadas y manadas, y no solos (como normalmente se enseña en los libros de texto), debido no sólo a su fuerza bruta, sino también a la superioridad de su cerebro, que puede describirse como “sagaz”. El animal “sagaz” era rápido para reconocer el peligro, y tomar medidas para evitarlo, rápido para descubrir nuevas maneras de conseguir comida, y someter al enemigo común o a la presa. Los pocos encaminaban y dirigían, y los muchos ciegamente seguían y eran conducidos.

Cuando el desarrollo continuó y el hombre fue evolucionado, se manifestó lo mismo, se destacaron líderes y fueron obedecidos. Y, a todo lo largo de la historia de la especie, hasta el tiempo presente, existe el mismo estado de cosas. Unos pocos guían y los muchos les siguen. El hombre es un animal obediente e imitativo. La gran mayoría de las personas son como ovejas, denles un “carnero con cencerro” y ellas seguirán alegremente el tintineo de la campanilla.

No siempre es el hombre o mujer con la mayor cantidad de lo que   llamamos “logro intelectual”, educación o “erudición” el conductor de hombres, por el contrario, a menudo muchas de tales personas son las más inveteradas seguidoras de los líderes. El hombre o mujer que dirige es el que siente dentro de él, o ella, ese algo que puede llamarse conciencia de poder, conocimiento de la verdadera fuente de fuerza y poder detrás y dentro de ellos. Este “conocimiento” puede no ser reconocido por el intelecto, puede no ser comprendido, pero el individuo siente de algún modo que posee poder y fuerza, o que está en contacto con un poder y fuerza que pueda usar. Y (hablando del hombre ordinario) se da por consiguiente un crédito personal por ello, y empieza a utilizar su poder. Siente la realidad de la palabra “YO”. Se siente como un individuo, algo real, una entidad, e instintivamente, procede a afirmarse. Por regla general, estas personas no conocen la fuente de su poder, pero es una cuestión de “percepción”, y naturalmente hacen uso del poder. Ellas influyen sobre otros, sin entender exactamente “cómo”, y a menudo les sorprende cómo sucede. ¿Y cómo sucede? Veamos.

Veamos a las personas que son influenciadas. ¿Qué parte de su mecanismo mental o componente es afectado?. La mente instintiva, por supuesto ¿Y por qué sus mentes instintivas son afectadas tan fácilmente, mientras que las de otros no lo son tanto? Ese es el punto; entremos en materia.

En su estado original, y durante el proceso de evolución, la mente instintiva no era influida así, porque no había nada que la influenciara. Pero, a medida que el hombre evolucionaba, los individuos que se daban cuenta del despertar de su sentido de “individualidad” y verdadero poder, empezaron a afirmarse, y sus propias mentes instintivas y las de otros comenzaron a influenciarse. El hombre cuyo conocimiento de su individualidad, cuya conciencia del “yo”, está ampliamente desarrollada, invariablemente influencia la mente instintiva de aquel cuya conciencia no está tan desarrollada. La mente instintiva del hombre menos consciente acepta y actúa de acuerdo a las sugerencias del “yo” más fuerte, y también permite que las ondas de pensamiento de este último la ronden y sean absorbidas.

Recuerden, una vez más, que no es el hombre de mayores logros intelectuales, cultura o “erudición” el que tiene esta conciencia, aunque, por supuesto, cuanto mayor sea el logro intelectual del hombre, mayor alcance   del poder del “yo” consciente puede tener. Se ven hombres incultos que tienen este poder, lo mismo que otros mejor educados y, aunque su deficiente educación y entrenamiento les impide hacer uso de su poder en la misma medida que su hermano más favorecido, aun así ellos ejercen una influencia en todos los de su “clase”, y hasta en muchos de mayor poder intelectual que el suyo. No se trata de un asunto de educación o de razonamiento abstracto, etc., es un asunto de CONSCIENCIA.

Cómo la mente instintiva es influenciada; el hombre cuya conciencia del “yo” está suficientemente desarrollada, sugiere a su propia mente instintiva y, naturalmente, esta última ve a su amo como la única fuente de comando o de instrucción. Pero el que no tiene esta conciencia sólo da débiles órdenes de este tipo, y su mente instintiva no se imbuye de esa confianza que debería tener, y a menudo encuentra que su amo (con frecuencia invariablemente) le permite recibir las órdenes e instrucciones de otros, hasta que automáticamente se abandona y actúa de acuerdo con casi cualquier sugerencia fuerte que venga de afuera. Tales sugerencias externas pueden ser verbales o dirigidas por las ondas de pensamiento de otros.

Muchas personas no tienen confianza alguna en su propio “yo”, son como ovejas humanas y siguen naturalmente a su líder, de hecho, son infelices a menos que sean conducidas. Cuanto más fuertes sean las  órdenes, más prestas están a obedecer. Cualquier afirmación hecha a ellas, positiva y autoritariamente, es aceptada y actúan en consecuencia. Tales personas viven de la “autoridad”, y constantemente buscan “precedentes” y “ejemplos”, necesitan a alguien en quien apoyarse. Para resumir, son mentalmente perezosas en cuanto se refiere al ejercicio y desarrollo de la conciencia del “yo”, y por consiguiente no han afirmado el mando sobre de su mente instintiva, sino que le permiten estar abierta a las sugerencias e influencias de otros que, muy a menudo, son aún menos calificados que ellos mismos para dirigirla, pero que sucede que tienen un poco más de “confianza en sí mismos” y “seguridad, algo más de conciencia del “yo”.

Ahora, respecto a los medios con los cuales se influencia la mente instintiva. Hay innumerables métodos y formas de práctica, consciente e inconsciente, para producir tales efectos, pero pueden agruparse aproximadamente en tres clases generales, a saber:

(1) la sugestión personal;
(2) la influencia del pensamiento, presente y distante, y
(3) la influencia mesmeriana o hipnótica.

Las historias de tiempos de la brujería no son todos meros engaños y supersticiones, pues debajo de los exagerados relatos y cuentos puede encontrarse una gran base de verdades ocultas.

Toda la magia negra o brujería del mundo combinadas no podrían afectar a un hombre o mujer que tengan una forma superior de conciencia, pero uno de propensión temerosa, supersticiosa, con poca o ninguna seguridad en sí mismo o auto-confianza, está propenso a tener una mente instintiva lista y madura para el ingreso de tales ondas o formas de pensamiento perjudiciales. Todos los conjuros, “ensalmos”, etc., de los vudús, “brujas”, hechiceros, etc., etc., no tiene eficacia más allá del pensamiento enviado en su práctica, y ese pensamiento se hace más potente porque se concentra mediante ritos, ceremonias, “ensalmes”, imágenes, etc., de los impíos devotos de la magia negra. Sería igualmente potente si se concentrara por algún otro medio; pero, no importa cuán concentrada o cómo se envíe, no puede tener efecto a menos que la mente instintiva esté lista para recibirla, asimilarla, y actuar en consecuencia. El hombre o mujer “que sabe” no tiene nada que temer de estas prácticas. De hecho, la sola lectura de esta lección sacará de muchas mentes la receptividad que les podría haber, o les ha, permitido ser influenciados en mayor o menor grado por los pensamientos egoístas de otros.

Recuerde, la mente atrae sólo pensamientos que están en armonía con los suyos propios, y la mente instintiva es influenciada contra sus propios intereses, sólo cuando el dueño ha admitido su propia debilidad y falta de habilidad para dominarla y protegerla. Usted debe cuidar a su propia mente instintiva, y afirmarse como su amo y propietario, pues, de otra manera esa propiedad puede ser reclamada, exigida y usurpada por otros más  dominantes que usted. Usted tiene dentro de sí la fuerza y el poder  necesarios, pero sólo si los reclama. Son suyos al pedirlos ¿Por qué no los exige? Usted puede despertar la conciencia del “Yo” y desarrollarla con el poder de aserción que ayudará en su desenvolvimiento.
(14 Lecciones Yogui).
Share:

Buscar este blog

Libro: Hackeando el Inconsciente

Libro: Hackeando el Inconsciente
En nuestro inconsciente guardamos toda información, programas y patrones que configuran nuestra personalidad, que nos hace sentir merecedores o perdedores, amados o rechazados, seguros o inestables, entonces, me he propuesto realizar este manual para ahondar más en nuestro inconsciente, ver todas las partes que nos componen y cuál de ellas no pudimos desarrollar, integrar y llevarlo a un proceso de maduración para convertirnos en adultos auto-realizados, sin dependencias ni ataduras.

Libro: La pareja que buscas eres Tú

Libro: La pareja que buscas eres Tú
Con la teoría y la práctica espero darte las herramientas que necesitas para encontrar lo que estás buscando y a la vez vayas conociéndote, quién eres realmente, cómo funcionas y cómo llegar a conectar con el Amor del cual todos venimos.

Libro: Un camino hacia la abundancia

Libro: Un camino hacia la abundancia
La abundancia es energía que busca manifestarse a través de ti. Iniciar el camino hacia ella es ir integrando, sanado y liberando todo aquello que te ancla en el pasado o en el futuro, y por lo tanto, no te permite convertirte en su canal de manifestación.

Traducir el blog a otro idioma