Desde las
repulsivas prácticas de vudú del África, se puede trazar una línea recta hasta
la epidemia de brujería en Nueva Inglaterra, y desde allí hasta el tiempo
presente, cuando el mundo occidental aparentemente se ha vuelto loco por el “psiquismo”.
Los libros de todos los tiempos están llenos de cuentos de influencia psíquica,
hasta la Biblia contiene numerosos casos de su práctica para bien o para mal.
Ninguna magia
negra afecta al hombre o mujer que conoce su verdadero lugar en la Naturaleza,
sus poderes reales para resistir las prácticas de aquellos que han adquirido
trozos de conocimiento oculto sin el crecimiento espiritual que les enseñaría
cómo usarlos apropiadamente. Pero la persona promedio de hoy en día no conoce,
y no podrá ser convencida, de su propio poder, y por consiguiente es incapaz
de protegerse de los esfuerzos psíquicos incluso de aquellos que han obtenido
sólo algunos fragmentos de enseñanzas ocultas, y los usan para fines egoístas.
El uso
inapropiado del poder psíquico se conoce desde hace mucho tiempo entre los
ocultistas como “magia negra” la cual, lejos de ser un remanente de la
superstición de la Edad Media, es algo muy real y que hoy en día se practica
ampliamente. Aquellos que la practican así están sembrando las semillas de su
propio castigo, y cada golpe de fuerza psíquica empleado con fines
bajos y egoístas indudablemente rebotará y reaccionará sobre el que lo hace.
Afortunadamente,
los que prostituirían de esa manera los poderes psíquicos saben relativamente
poco sobre el tema, y sólo pueden utilizar sus formas más simples, pero cuando
entran en contacto con los que desconocen completamente el asunto, pueden
lograr algo con sus artes. Muchos hombres encuentran, a veces por accidente,
que pueden influir sobre otros con su mandato y, con frecuencia, al no conocer
la fuente de su poder, lo usan tal como lo harían con un poder físico o fuerza
mental. Sin embargo, por lo general esas personas van aprendiendo gradualmente algo
que las lleva a comprender mejor el asunto, y comienzan a ver su error. Algunas
recogen un pedacito de la enseñanza oculta, y “prueban” otras, al ver el
efecto, inician el camino hacia la “magia negra”, aunque escasamente sepan lo
que están haciendo. Estas personas también son advertidas de alguna manera y se
les dan todas las oportunidades para rectificar su error. Otros parecen
entender algo del riesgo que están corriendo, pero lo asumen gustosamente,
fascinados por su nuevo sentido de poder y deslumbrados por él.
A ninguna de
estas personas se le permite ir muy lejos con su trabajo egoísta, pues hay
ciertas influencias trabajando para neutralizar sus esfuerzos, y un pequeño
bien siempre contrarresta una gran cantidad de trabajo psíquico egoísta.
Pero fuera de
este trozo de “magia negra” elemental, del cual hemos hablado más a manera de
advertencia y cautela, muchas personas están dotadas de facultades que les dan
poder entre sus prójimos, hombres y mujeres, y su influencia se siente en la vida
diaria, así como la influencia de un hombre físicamente fuerte se siente en una
muchedumbre de personas más débiles. No se necesita sino una rápida mirada a
los conocimientos de uno para darse cuenta de que algunos tienen una influencia
mayor que otros. Algunos se ven naturalmente como líderes y maestros, mientras
que otros verdaderamente sólo encuentran su lugar como seguidores. Estos
hombres fuertes y positivos se ubican al frente en la milicia, en la vida
comercial, el bar, el púlpito, en la práctica de la medicina y, de hecho, en
todos los pasos de la vida y en todas las ramas del quehacer humano. No damos
cuenta del hecho y decimos que ese hombre posee mucho “magnetismo personal” o
que a aquel otro le falta. Pero, ¿Qué queremos decir con “magnetismo personal”?.
¿Puede alguien dar una respuesta inteligente?
En los últimos
años han surgido muchos maestros pretendiendo haber descubierto el secreto y
ofrecen enseñarlo por todos los rincones a tantos dólares por cabeza; se han
hecho muchos anuncios sensacionales para atraer a compradores de “cursos” de
instrucción, y se han hecho muchos llamados a los motivos más egoístas para
despertar el interés por lo que se ofrece en venta. En la mayoría de los casos
estos maestros no tienen prácticamente nada que ofrecer ni que enseñar,
mientras que en algunos pocos casos han logrado a fuerza de trabajo un
conocimiento suficiente del tema como para poder dar direcciones con lo cual
uno que posea un grado suficiente de poder psíquico puede ganar cierta influencia
sobre los ignorantes y débiles de la especie. Pero, afortunadamente, la mayoría
de los compradores de estas enseñanzas no tienen la suficiente confianza en
ellos mismos o en las enseñanzas como para poner en práctica los conocimientos relativamente
exiguos que se les han dado.
El hombre o
mujer de evolución y desarrollo espiritual pueden permitirse el lujo de sonreír
ante los esfuerzos de estos aficionados a la “magia negra”, al menos en lo que
respecta al temor a lesiones corporales o a efectos sobre ellos. Alguien así
sube a un plano superior donde los esfuerzos del psíquico egoísta no pueden
penetrar.
Influencia psíquica ¿Qué significa? ¿En qué consiste? ¿Cómo se pone en funcionamiento? ¿Cuál es su efecto?
Debemos
comenzar con la mente instintiva. Es la primera forma de inteligencia alcanzada
en la escala de la evolución y, en sus etapas más bajas se manifiesta
enteramente en forma sub-consciente. Sus principios se remontan tan lejos como
hasta la vida mineral, manifestándose aquí en la formación de cristales, etc.
En las más elementales formas de vida vegetal se muestra, aunque débilmente, y
está escasamente un grado por encima de lo manifestado por el mineral.
Entonces, en fases lentas y progresivas, se hace más diferenciada y más alta en
la escala, en la vida vegetal, hasta algunas formas superiores de plantas que
incluso muestran alguna forma rudimentaria de conciencia. En el reino de los animales
inferiores, la mente instintiva se ve en variadas etapas. Desde la inteligencia
casi vegetal de las formas más bajas de vida animal hasta la inteligencia casi
humana de algunos de los animales superiores. Enseguida, en las formas más
bajas de vida humana la encontramos escasamente separada de la forma más
elevada mostrada en los animales inferiores y, a medida que ascendemos en la
escala, encontramos que va siendo sombreada, coloreada e influenciada por el
intelecto, hasta que alcancemos la forma más elevada de hombre conocida en este
momento.
En esta
consideración de la mente instintiva, debemos pasar por alto su maravilloso
trabajo de vigilar el funcionamiento del cuerpo físico, así como algunas otras
de sus manifestaciones, para limitarnos al papel que la mente instintiva juega
en el campo de la influencia psíquica, a propósito, una parte importantísima, pues sin mente
instintiva no podría haber ningún funcionamiento de la influencia psíquica, ya
que no habría nada sobre qué actuar.
La mente
instintiva es el instrumento manejado por la influencia psíquica. Con
frecuencia hablamos como si el intelecto de uno fuera influenciado de esta
manera, lo cual es incorrecto, porque la persona es influenciada a pesar de su
intelecto y no por medio de él — la influencia impresiona con tanta fuerza la
mente instintiva, que se ejecuta a pesar de las protestas del intelecto, como
tantas personas recuerdan después para su pesar.
Comenzaremos
con lo que se conoce como “sugestión”, y que realmente subyace en el fondo de
todas las formas de influencia psíquica, personal o en “ausencia”. Por
sugestión queremos decir la influencia o control de los pensamientos y acciones
de otro por medio de una orden positiva, o una sutil insinuación del
pensamiento deseado, o cualquier combinación de los dos, o cualquier cosa que
pueda incluirse entre estos dos extremos. La sugestión personal es bastante
común en la vida cotidiana, de hecho, constantemente estamos dando y recibiendo
sugerencias, consciente e inconscientemente, y uno escasamente puede escapar
del dar y recibir, por cuanto se asocia con otras personas, oye sus voces o
lee lo que otros han escrito o impreso. Pero estas sugerencias cotidianas son
relativamente insignificantes, y carecen de la fuerza de una sugestión
consciente y deliberada por parte de alguien que entienda el “arte de sugerir”.
Veamos primero cómo y por qué se reciben y actúan las sugestiones.
Como hemos
dicho, en las formas tempranas de vida, la mente instintiva trabajaba sola, no
influenciada por el intelecto, totalmente inconsciente como en la vida vegetal
(pues aún no se había desplegado o desarrollado). A medida que se ascendía en
la escala de la evolución, el animal comenzó a hacerse ligeramente consciente,
a “darse cuenta” de las cosas, y a realizar algo así como un primitivo
razonamiento sobre ellas. Para protegerse de sus enemigos, el animal tenía que
ser guiado por la rudimentaria conciencia que empezaba a desplegarse, y que se
manifestaba en y a través de la mente instintiva. Algunos animales progresaron
más rápidamente que otros de su tipo, y naturalmente empezaron a hacer valer
sus derechos y su peculiar poder, se encontraron pensando por sus compañeros.
Llegaron a ser reconocidos como aquellos a quienes se acudía en casos de
peligro, o cuando la comida escaseaba y generalmente su liderazgo era
reconocido y respetado. Los líderes aparecieron en bandadas y manadas, y no
solos (como normalmente se enseña en los libros de texto), debido no sólo a su
fuerza bruta, sino también a la superioridad de su cerebro, que puede
describirse como “sagaz”. El animal “sagaz” era rápido para reconocer el
peligro, y tomar medidas para evitarlo, rápido para descubrir nuevas maneras
de conseguir comida, y someter al enemigo común o a la presa. Los pocos
encaminaban y dirigían, y los muchos ciegamente seguían y eran conducidos.
Cuando el
desarrollo continuó y el hombre fue evolucionado, se manifestó lo mismo, se
destacaron líderes y fueron obedecidos. Y, a todo lo largo de la historia de la
especie, hasta el tiempo presente, existe el mismo estado de cosas. Unos pocos
guían y los muchos les siguen. El hombre es un animal obediente e imitativo. La
gran mayoría de las personas son como ovejas, denles un “carnero con cencerro”
y ellas seguirán alegremente el tintineo de la campanilla.
No siempre es
el hombre o mujer con la mayor cantidad de lo que llamamos
“logro intelectual”, educación o “erudición” el conductor de hombres, por el
contrario, a menudo muchas de tales personas son las más inveteradas seguidoras
de los líderes. El hombre o mujer que dirige es el que siente dentro de él, o
ella, ese algo que puede llamarse conciencia de poder, conocimiento de la
verdadera fuente de fuerza y poder detrás y dentro de ellos. Este “conocimiento”
puede no ser reconocido por el intelecto, puede no ser comprendido, pero el individuo
siente de algún modo que posee poder y fuerza, o que está en contacto con un
poder y fuerza que pueda usar. Y (hablando del hombre ordinario) se da por
consiguiente un crédito personal por ello, y empieza a utilizar su poder.
Siente la realidad de la palabra “YO”. Se siente como un individuo,
algo real, una entidad, e instintivamente, procede a afirmarse. Por regla
general, estas personas no conocen la fuente de su poder, pero es una cuestión
de “percepción”, y naturalmente hacen uso del poder. Ellas influyen sobre
otros, sin entender exactamente “cómo”, y a menudo les sorprende cómo sucede.
¿Y cómo sucede? Veamos.
Veamos a las
personas que son influenciadas. ¿Qué parte de su mecanismo mental o componente
es afectado?. La mente instintiva, por supuesto ¿Y por qué sus mentes
instintivas son afectadas tan fácilmente, mientras que las de otros no lo son
tanto? Ese es el punto; entremos en materia.
En su estado
original, y durante el proceso de evolución, la mente instintiva no era
influida así, porque no había nada que la influenciara. Pero, a medida que el
hombre evolucionaba, los individuos que se daban cuenta del despertar de su
sentido de “individualidad” y verdadero poder, empezaron a afirmarse, y sus
propias mentes instintivas y las de otros comenzaron a influenciarse. El hombre
cuyo conocimiento de su individualidad, cuya conciencia del “yo”, está
ampliamente desarrollada, invariablemente influencia la
mente instintiva de aquel cuya conciencia no está tan desarrollada. La mente
instintiva del hombre menos consciente acepta y actúa de acuerdo a las
sugerencias del “yo” más fuerte, y también permite que las ondas de pensamiento
de este último la ronden y sean absorbidas.
Recuerden, una
vez más, que no es el hombre de mayores logros intelectuales, cultura o “erudición”
el que tiene esta conciencia, aunque, por supuesto, cuanto mayor sea el logro
intelectual del hombre, mayor alcance del poder del “yo” consciente puede tener. Se
ven hombres incultos que tienen este poder, lo mismo que otros mejor educados
y, aunque su deficiente educación y entrenamiento les impide hacer uso de su
poder en la misma medida que su hermano más favorecido, aun así ellos ejercen
una influencia en todos los de su “clase”, y hasta en muchos de mayor poder
intelectual que el suyo. No se trata de un asunto de educación o de
razonamiento abstracto, etc., es un asunto de CONSCIENCIA.
Cómo la mente
instintiva es influenciada; el hombre cuya conciencia del “yo” está
suficientemente desarrollada, sugiere a su propia mente instintiva y,
naturalmente, esta última ve a su amo como la única fuente de comando o de
instrucción. Pero el que no tiene esta conciencia sólo da débiles órdenes de
este tipo, y su mente instintiva no se imbuye de esa confianza que debería
tener, y a menudo encuentra que su amo (con frecuencia invariablemente) le
permite recibir las órdenes e instrucciones de otros, hasta que automáticamente
se abandona y actúa de acuerdo con casi cualquier sugerencia fuerte que venga
de afuera. Tales sugerencias externas pueden ser verbales o dirigidas por las
ondas de pensamiento de otros.
Muchas personas
no tienen confianza alguna en su propio “yo”, son como ovejas humanas y siguen
naturalmente a su líder, de hecho, son infelices a menos que sean conducidas.
Cuanto más fuertes sean las órdenes, más
prestas están a obedecer. Cualquier afirmación hecha a ellas, positiva y autoritariamente,
es aceptada y actúan en consecuencia. Tales personas viven de la “autoridad”, y
constantemente buscan “precedentes” y “ejemplos”, necesitan a alguien en quien
apoyarse. Para resumir, son mentalmente perezosas en cuanto se refiere al ejercicio
y desarrollo de la conciencia del “yo”, y por consiguiente no han afirmado el
mando sobre de su mente instintiva, sino que le permiten estar abierta a las
sugerencias e influencias de otros que, muy a menudo, son aún menos calificados
que ellos mismos para dirigirla, pero que sucede que tienen un poco más de “confianza
en sí mismos” y “seguridad, algo más de conciencia del “yo”.
Ahora, respecto
a los medios con los cuales se influencia la mente instintiva. Hay innumerables
métodos y formas de práctica, consciente e inconsciente, para producir tales
efectos, pero pueden agruparse aproximadamente en tres clases generales, a
saber:
(1) la
sugestión personal;
(2) la
influencia del pensamiento, presente y distante, y
(3) la
influencia mesmeriana o hipnótica.
Las historias
de tiempos de la brujería no son todos meros engaños y supersticiones, pues
debajo de los exagerados relatos y cuentos puede encontrarse una gran base de
verdades ocultas.
Toda la magia
negra o brujería del mundo combinadas no podrían afectar a un hombre o mujer
que tengan una forma superior de conciencia, pero uno de propensión temerosa,
supersticiosa, con poca o ninguna seguridad en sí mismo o auto-confianza, está
propenso a tener una mente instintiva lista y madura para el ingreso de tales
ondas o formas de pensamiento perjudiciales. Todos los conjuros, “ensalmos”,
etc., de los vudús, “brujas”, hechiceros, etc., etc., no tiene eficacia más
allá del pensamiento enviado en su práctica, y ese pensamiento se hace más
potente porque se concentra mediante ritos, ceremonias, “ensalmes”, imágenes,
etc., de los impíos devotos de la magia negra. Sería igualmente potente si se
concentrara por algún otro medio; pero, no importa cuán concentrada o cómo se
envíe, no puede tener efecto a menos que la mente instintiva esté lista para
recibirla, asimilarla, y actuar en consecuencia. El hombre o mujer “que sabe”
no tiene nada que temer de estas prácticas. De hecho, la sola lectura de esta
lección sacará de muchas mentes la receptividad que les podría haber, o les ha,
permitido ser influenciados en mayor o menor grado por los pensamientos
egoístas de otros.
Recuerde, la
mente atrae sólo pensamientos que están en armonía con los suyos propios, y la
mente instintiva es influenciada contra sus propios intereses, sólo cuando el
dueño ha admitido su propia debilidad y falta de habilidad para dominarla y
protegerla. Usted debe cuidar a su propia mente instintiva, y afirmarse como su
amo y propietario, pues, de otra manera esa propiedad puede ser reclamada,
exigida y usurpada por otros más dominantes
que usted. Usted tiene dentro de sí la fuerza y el poder necesarios, pero sólo si los reclama. Son
suyos al pedirlos ¿Por qué no los exige? Usted puede despertar la conciencia
del “Yo” y desarrollarla con el poder de aserción que ayudará en su
desenvolvimiento.
(14 Lecciones Yogui).
(14 Lecciones Yogui).