La Constitución del Hombre:
El hombre es un
ser mucho más completo de lo que generalmente se piensa. No sólo tiene un
cuerpo y un alma, sino que es un espíritu que posee un alma, alma que tiene
varios vehículos para su expresión, estos diversos vehículos tienen diferentes
grados de densidad, siendo el cuerpo la forma más baja de expresión.
Los diversos
vehículos se manifiestan en planos diferentes, tales como el “plano físico”, el
“plano astral”, etc. El verdadero ego es puro espíritu — una chispa del fuego
divino, pero este espíritu se encuentra aprisionado dentro de numerosas
envolturas que impiden su expresión plena. A medida que el hombre avanza en su
desarrollo, su conciencia pasa de los planos más bajos a los superiores, y se
va dando cuenta cada vez más de su naturaleza superior. El espíritu contiene
dentro de sí todas las potencialidades, y a medida que el hombre progresa va
sacando a la luz nuevos poderes y nuevas cualidades.
El hombre puede
manifestarse en siete planos, es decir, el hombre altamente desarrollado;
porque mientras que en esta etapa la mayoría de los hombres sólo puede
manifestarse en los planos más bajos, pues todavía no ha alcanzado los planos
superiores, no importa cuan poco desarrollado esté, posee potencialmente los
siete principios. Los primeros cinco planos han sido alcanzados por muchos, el
sexto por unos pocos y el séptimo prácticamente por ninguno de la especie en
este momento.
Prana:
Prana es la energía universal, pero ahora nos
limitaremos a la manifestación de prana que llamamos fuerza
vital. Esta fuerza vital se encuentra en todas las formas de vida — desde la ameba
hasta el hombre — desde la forma más elemental de vida vegetal hasta la forma
más elevada de vida animal, prana lo satura todo. Se encuentra en
todo lo que tiene vida, y está en todas las cosas — en cada átomo — la aparente
ausencia de vida en algunas cosas sería sólo un grado menor de su
manifestación; podemos entender que prana está en todas partes y
en todas las cosas.
Prana no es el ego, sino solamente una forma de
energía utilizada por éste en su manifestación material. Cuando el ego se
separa del cuerpo físico, en lo que llamamos “muerte”, prana , al
no estar ya bajo el control del ego, responde sólo a las órdenes de los átomos
individuales o los grupos que han formado el cuerpo físico, y cuando éste se
desintegra y retorna a sus elementos originales, cada átomo lleva consigo
suficiente prana como para permitirle formar nuevas combinaciones
y el prana sobrante se devuelve al gran almacén universal de
donde proviene. Prana está en todas las formas de materia, y aunque no
es materia — es la energía o fuerza que anima la materia.
Prana es la fuerza que actúa en la curación
magnética, muchas curaciones mentales, tratamiento en ausencia, etc. Lo que
muchos llaman magnetismo humano es realmente prana.
El Prana Puede ser dirigido para aliviar el dolor
en uno mismo y en otros, enviando a la parte afectada un suministro de prana extraído del aire. Y puede proyectarse a distancia para afectar a otras
personas. El pensamiento del que proyecta envía y colorea el prana recogido
para un propósito, y éste se aloja en el organismo psíquico del paciente. Es
invisible al ojo humano, con excepción de ciertas personas que han logrado un
alto grado de poder clarividente, atraviesa los obstáculos interpuestos y busca
a la persona armonizada para recibirlo.
Esta
transferencia de prana bajo la dirección de la voluntad, es el
principio subyacente del intercambio de pensamiento, telepatía, etc. Uno puede
rodearse de un aura de prana , coloreado de fuerte pensamiento
positivo lo cual le permitirá resistir las ondas adversas del pensamiento de
otros, y vivir sereno dentro de una
atmósfera de pensamientos antagónicos e inarmónicos.
El Cuerpo Astral:
El cuerpo
astral ha sido conocido por los pueblos en todas las épocas, y ha dado origen a
muchas supersticiones y misterios, debidas a falta de conocimiento sobre su
naturaleza. El cuerpo astral bajo ciertas circunstancias puede separarse del
cuerpo físico. Ordinariamente, la separación consciente es un asunto
considerablemente difícil, aunque en personas de cierto grado de desarrollo
psíquico, el cuerpo astral puede separarse y a menudo viaja largas jornadas.
Para la visión clarividente el cuerpo astral se muestra exactamente como su
contraparte, el cuerpo físico, y unido a él por un delgado cordón.
El cuerpo
astral es invisible al ojo ordinario, pero es percibido prontamente por
aquellos que tienen un cierto grado de poder clarividente. Bajo ciertas
circunstancias el cuerpo astral de una persona viva puede ser visto por amigos
y otros, pero la condición mental de las personas y del observador tiene mucho
que ver con el asunto. Por supuesto, el ocultista entrenado y desarrollado
puede proyectar conscientemente su cuerpo astral, y puede hacerlo aparecer a
voluntad;
Mientras uno permanece con vida, la existencia consciente ocurre
dentro de la esfera de lo físico. Esto significa que uno sólo percibe la
consciencia mental física y que muchos aspectos escondidos del cuerpo astral se
manifiestan a través de sueños o actos subconscientes. Sin embargo, en el
momento de la muerte, el sistema nervioso físico deja de funcionar. La máscara
de la consciencia mental física se desintegra y la existencia consciente es
proyectada a la esfera astral. Las personas que han fallecido, al haber perdido
los dos vehículos inferiores (cuerpos físico y etérico), viajan a través de los
mundos astrales con su cuerpo astral y el Ego. Aquí ya no pueden engañar a
nadie, deben enfrentarse al cuerpo astral como es en realidad.
Todos los deseos reprimidos y las emociones latentes se
precipitan a la consciencia del muerto. Es ahí en donde las personas que dicen
que han transmutado sus emociones se dan tristemente cuenta de que en realidad
no habían lidiado con éstas, y que además las reforzaron al intentar
suprimirlas. Las emociones latentes y los deseos de pronto se vuelven
claramente visibles. Aparecen en frente de las personas fallecidas en formas
amenazantes y aterradoras. La experiencia es parecida a sentir una picazón
inmensa y deseos ardientes hacia cosas que ya se no pueden obtener.
Primero, ésta fase de limpieza y transmutación es transitoria y,
tan pronto como la purificación ha sido alcanzada, los muertos continúan su
camino hacia los majestuosos mundos del Espíritu. En segunda, si los muertos se
sienten amenazados, es nada más y nada menos debido a sus propios deseos y a
las emociones que estaban latentes. El proceso es bastante mecánico, y sin
ninguna connotación moral. Las fuerzas (deseos y emociones) han sido reprimidas
y comprimidas dentro del cuerpo astral. Tan pronto como el caparazón de la
consciencia mental física se desintegra con la muerte, esas fuerzas que han
sido comprimidas, estallan como si hubieran estado dentro de una caja de
sorpresas.
Otro punto importante es que la fase de liberación y transmutación
no tiene que ser un viacrucis. Será una etapa de mucho dolor sólo si durante la
vida no se ha trabajado con el cuerpo astral, porque estará lleno de deseos y
emociones que quieren salir urgentemente. Pero si se ha alcanzado una catarsis
en vida, si se ha trabajado con éxito en buscar una auto-transformación que
incluya una exploración de las emociones, entonces la primera etapa pasará con
rapidez y sin mayor impacto. Además, después de cierto nivel de transformación,
simplemente no se realiza la etapa de depuración después de la muerte. Los
asuntos que estaban pendientes en el nivel del cuerpo astral se han resuelto y
por lo tanto la transición hacia los mundos del Espíritu se da tranquilamente y
sin trabas. (14 Lecciones Yogui).