Los chakras pueden ser dañados por accidentes traumáticos y especialmente por un shok dramático y emocional.
Los temores constantes o la ansiedad, por su continua actividad de desgaste, perturban el equilibrio funcional.
Los chakras suelen encontrarse bloqueados, bien en el punto por donde entra la energía, o bien en el punto por donde sale para fluir con el cuerpo etérico.
Si tiene lugar un bloqueo en la entrada, la energía que fluye al interior es frecuentemente rebotada a su punto de origen en los planos astral y mental. Esto trae consigo problemas psicológicos y una disfunción endocrina.
Si el bloqueo se produce en la salida de la energía, esta se acumula hasta que se produce la suficiente presión como para que estalle el bloqueo, y estimula a la glándula endocrina apropiada.
Esto ocasiona un funcionamiento endocrino errático con los problemas físicos y psicológicos que lo acompañan.