La investigación del Dr. Hamer muestra que la actividad de
los hongos y las micobacterias es ya una terapia natural en si misma. Estos ayudantes microbiales quienes han estado viviendo en simbiosis con nuestro organismo por millones de años, son los cirujanos más perfectos que remueven los tumores que no son ya necesarios.
Debido a su importante función, ¡no hay razón para destruirlos! Al contrario, cualquier forma de interrupción del proceso natural de reparación evita la degradación del tumor, dando como resultado que el abultamiento permanezca en su lugar, lo cual
potencialmente puede traer complicaciones.
En la Nueva Medicina Germánica el término “infección” se
vuelve obsoleto, ya que no son los agentes patógenos los que están produciendo “enfermedades infecciosas”, sino que claramente es nuestro organismo el que está utilizando a los microbios para optimizar la fase natural de curación