El campo energético humano conocido también como aura es una manifestación de la energía universal íntimamente vinculada con la vida humana. Ha sido descrito como un haz luminoso que rodea el cuerpo físico y penetra en él, y que emite su propia radiación característica.
La estructura energética del hombre se divide en una serie de capas o cuerpos que interactúan entre sí, que cumplen funciones diferentes y vibran en frecuencias distintas. Estos cuerpos o capas son siete y cada una de ellas está relacionada con un chakra de los denominados mayores.
Los siete planos en los cuales el hombre está formado son: etérico, emocional, mental, intuitivo, espiritual, monádico y cetérico.
La primera capa del campo y el primer chakra están relacionados con el funcionamiento del cuerpo y la sensación física (sentir dolor o placer físicos). La primera capa guarda relación con el funcionamiento automático y autónomo del cuerpo.
La segunda capa y el segundo chakra se relacionan con el aspecto emotivo de los seres humanos. Son vehículos de nuestra propia vida y de nuestros sentimientos emocionales.
La tercera capa y el tercer chakra están asociados con nuestra vida mental y el pensamiento lineal.
La cuarta capa y el cuarto chakra se relacionan con el corazón; es el vehículo por el cual amamos, no solo a nuestra pareja, sino a la humanidad en general. El cuarto chakra es el que metaboliza el proceso de amar.
El quinto nivel y el quinto chakra, están relacionado con la voluntad en conexión con la voluntad divina; se le asocia también con el poder de la palabra.
El sexto nivel y el sexto chakra están asociado con el amor celestial que se extiende más allá del alcance del amor humano.
El séptimo nivel y el séptimo chakra guardan relación con el pensamiento elevado, el conocimiento y la integración de nuestra formación espiritual y física.