Arquetípicamente, el personaje de Job en la Bíblia personifica un episodio de "la noche oscura del alma", podemos leer que satanás pacta con Dios para quitarle todo y éste cesa toda comunicación con él, mientras el primero le inflige multitud de desgracias. Él nunca deja de confiar en la resolución de sus problemas.
El hecho de perder su patrimonio afecto mucho a Job, pero el continuo hablando y manteniendo su contacto con Dios. Su cuerpo enfermó casi hasta matarlo, apenas logra sobrevivir.
En la miseria total salió y se sentó sobre las cenizas. ¿No es esto una maravillosa expresión de depresión y desaliento? ¿No es justo lo que siente la gente cuando tiene graves dificultades o cuando está temeroso? Sentarse en la cenizas significa que una persona está revolcándose en sus dificultades, rodeado por esperanzas perdidas, que están sintiendo una terrible pena por ellas mismas.
Cuando estás por entrar en tu noche oscura, es parecido a un agujero de gusano, eres absorbido por su fuerza de gravedad, y cuando eso suceda no pongas resistencia y oposición, ya que lo hace más lento y tormentoso, sácale el drama a lo que esté sucediendo.
A través del agujero de gusano podemos transcender hacia un nuevo ser, si es que te mueves por el túnel que te conduce a tu transformación, porque si te detienes por miedo a lo nuevo, a hacer el cambio que requieres, entonces te detienes, tu energía se congela, se bloquea y no podrás transcisionar a tu nuevo estado del ser.
La noche oscura del alma, siempre está para sanar y liberar cargas, nos llevan tomar consciencia de que hay un Todo y es nuestro trabajo conectar con Él.
Requiere de un mecanismo y componentes, que tenemos que ir conociendo para acceder a su poder y transformarnos.