Los Miasmas son patrones parafísicos de la enfermedad. Se encuentran radicados en el cuerpo etérico y son una predisposición a cierto tipo de respuestas patológicas que se activan por medio de una serie de factores desencadenantes de la vida. Los Miasmas se vinculan con las lecciones que el sujeto trae como proyecto a aprender en esta vida. El doctor Hahnemann, fundador de la homeopatía descubrió tres Miasmas, a los cuales, con el correr del tiempo, se agregaron otros. Entonces hablamos de cinco grandes patrones miasmáticos: Psora, Sycosis, Lues, Tuberculinismo, y Cancerismo. Estos patrones no son enfermedades en sí mismas sino esquemas de respuestas, de nuestro cuerpo físico. Todos los cuerpos mencionados incluyendo los de la personalidad, funcionan en forma individual, pero interactuando permanentemente.
Los Miasmas desde el punto de vista etérico, son compuestos de masas energéticas que cargan memorias genéticas o de vidas pasadas, memorias de enfermedades que quedaron ancladas e impregnadas debido al uso abusivo de antibióticos, polución, química o radioactividad. Según las canalizaciones, esos Miasmas están siendo intensamente activados por la energía fotónica. Los pensamientos negativos y los estados de turbulencia, como el de la rabia, el miedo, etc..., también generan Miasmas, que provocan bloqueos energéticos en nuestro organismo, y en los chakras, sobretodo en el cardíaco, eliminando la posibilidad de que lo que estamos recibiendo desde esta luz cósmica, llegue a nuestros cuerpos más densos, y nos enfermemos.
Un Miasma no es una enfermedad, es un potencial patógeno o de enfermedades, diríase que es la raiz de todas las enfermedades crónicas. Son patrones kármicos cristalizados. Incluyen virus o bacterias que permanecen dormidos en las células durante años o generaciones (en este caso por vía genética ya que invaden el nivel molecular del cuerpo físico, su código genético.). Con el envejecimiento se debilita la vitalidad del ser humano, lo que permite que los Miasmas vayan penetrando en el cuerpo físico desde otros cuerpos más sutiles. Es decir la enfermedad se puede activar cuando se manifiesta la unión entre las fuerzas anímicas y las propiedades etéreas, que es cuando el patrón etéreo del Miasma se proyecta hacia el cuerpo físico partiendo de los cuerpos sutiles, pués penetran gradualmente a través de los campos biomagnéticos, asociados a nivel físico, a nivel molecular, luego a nivel celular y finalmente en el cuerpo físico.
Tanto los Cuerpos Energéticos, como los Chakras, y los Miasmas, ubicados en el cuerpo etérico, conforman lo que llamamos aura humana. Es recomendable para disolver los miasmas etéricos ponerse en contacto con un sanador/a que tenga la capacidad, la sensibilidad y la formación correspondiente para remover dichos cúmulos energéticos del cuerpo.