Más allá de la polaridad en la que nos encontramos inmersos, está la unidad, el Uno que todo lo abarca, en el que se aúnan los contrarios. Desde el punto de vista de nuestra consciencia bipolar, la unidad se aparece como la Nada. La Nada renuncia a toda manifestación y límite, con lo que sustrae la polaridad.
Al Todo solo puedes referirte pero nunca imaginarlo, "tienes que experimentarlo".
El eqo desea tener siempre algo que se encuentra fuera de él y no le agrada la idea de tener que extinguirse para ser uno con el Todo. Luego, poseemos una consciencia del mundo polarizadora, pero lo que es polar no es el mundo si no, los pensamientos que ejercemos sobre él.
¿Por qué? La física nos dice que todo los fenómenos pueden reducirse a oscilaciones. Por ejemplo, la respiración inhalar-exalar, en la electricidad un polo ejerce tensión sobre el otro para que suceda, el día y la noche, etc, donde el Ritmo que forman no es más que la continua alternancia de dos polos, ahora, si quitamos un polo el otro desaparece.
La mente no tiene la capacidad de percibir la realidad de una forma simultánea sino que necesita dividir toda unidad en polos, a fin de contemplarlos sucesivamente. Es por esta causa de dividir y contemplar sucesivamente que se crea el tiempo.