Para cuando iniciamos un trabajo metafísico o cuántico es necesario tomar una actitud que genere la sensación de volver a encontrarnos a nosotros mismos, volver al Ser, y no una actitud de seguir escapando al dolor o lo que sea para no aceptar lo que nos pasa.
Cuando nuestros corazones están conectados en otro lado, cuando estamos tratando de escapar, esa misma acción es como tratar de escapar de nosotros mismos, generando un vacío que nos hace sentir indignados, inadecuados, de alguna manera no lo suficientemente buenos para ser amados.
Otra forma por la cual nos abandonamos y escapamos es a través del trabajo espiritual o metafísico, ya que nos pasamos horas y horas en otros estados de conciencia, generados por el mismo trabajo, solo con la intención de escapar de nuestra actual realidad.
Para empezar a llenar nuestros vacíos, es necesario iniciar una relación diaria y continua con nosotros mismos.
Empezar a conocernos, saber que estamos sintiendo ante la realidad y sobre todo permitirnos expresar esa sensación desde el lugar donde nos encontramos, sin resistencia ni auto bloqueos.
Ver nuestros procesos como niñ@s que buscan llamar nuestra atención, que solo quieren que los veamos, aceptemos y abracemos, esta actitud nos abre el camino para empezar a auto-valernos, auto-aceptarnos y a sentirnos merecedores de lo mejor. Y es en ésta parte que la paz vuelve a nuestra mente y el proceso empieza a desaparecer o a sanar.
El trabajo interior no es una o dos veces y la paz viene para siempre, no en absoluto, es un camino, una transformación, es girar para mirar a nuestro centro y empezar a caminar hacia él.
Poco a poco empezamos a inundarnos de una sensación de amor, de confianza y valor, lo que nos atormentaba ya no lo vamos a sentir y percibir porque nuestro corazón ahora mira hacia nuestro centro y no hay vacío que llenar.