Cada célula toma parte en muchos miles de reacciones de químicas por segundo, y estamos hablando de todas las células del cuerpo.
Todo el tiempo se están produciendo miles de millones de señales y reacciones entre ellas.
Pueden interpretar no solo señales químicas (visión convencional) sino también energías vibracionales como la luz, el sonido y la radio.
Además el entorno, cuando resuena con los receptores, altera la carga eléctrica de las proteínas y a esto a su vez hace que los receptores cambien de forma y por lo tanto de función.
Bruce Lipton: La célula es un microprocesador de carbono que lee el entorno. En este ordenador, el teclado está formado por receptores. La información del entorno se introduce por medio de proteínas, que serían las teclas. Los datos se introducen en comportamiento biológico por medio de proteínas efectoras, que hacen las veces de interruptores que regulan las funciones celulares y la expresión de los genes. El núcleo de la célula representa un disco duro con programas codificados en el ADN. Los recientes avances de la biología molecular hacen hincapié en la naturaleza de la lectura/escritura de esta unidad. Se podría decir que cada célula representa un microprocesador autoalimentado.