Desde la perspectiva del alma, la Tierra no es una ‘cosa’, no es un bulto de material, sino un reino de experiencia de múltiples capas, un campo de infinitas oportunidades en las cuales la mente humana se puede explorar a sí misma. El alma es curiosa y quiere enriquecerse con toda la experiencia de múltiples líneas de tiempo. Sería una pena utilizar esta magnífica personalidad terrenal con todo su potencial –ustedes- para una sola posibilidad. Eso sería una enorme pérdida de potencial. La realidad terrenal – la propia Tierra – fue hecha para permitirnos explorar todas estas posibilidades porque de nuevo, la Tierra no es una cosa. A nivel del alma, todas las líneas de tiempo posible se experimentan de manera simultánea. La Tierra es el vasto espacio experiencial en el cual ocurre esta totalidad de líneas de tiempo.
Para entender esto, tenemos que comprender que aun de acuerdo con la ciencia, la mente – o el espíritu – es más fundamental que la materia. La materia no es realmente, eso material que nos enseña la mecánica cuántica. Desde una perspectiva espiritual, la materia es creada por la mente/espíritu humano para explorarse a sí misma en todas sus interminables facetas. El objetivo de la mente es – al experimentarse a sí misma en el mundo material – hacerse completamente consciente de su potencial interior. Ese potencial es infinito, y es por lo cual la realidad material es también infinita y mucho más rica y más compleja de lo que podamos imaginar.
Como seres humanos, podemos tener la idea que la materia nos limita. Por ejemplo, quisiéramos volar como pájaros, pero no podemos, aunque en nuestros sueños si podamos. En realidad las limitaciones materiales del reino de la Tierra aseguran que podamos experimentar ciertos aspectos de la vida más intensamente. Para dar un ejemplo: si pudiésemos hacer cualquier cosa, y no tuviésemos que lidiar con nuestros cuerpos y emociones humanas vulnerables, nunca descubriríamos nuestro coraje. Necesitamos las limitaciones para descubrir esta cualidad en nosotros mismos. En palabras de Goethe: ‘es al trabajar dentro de los límites que el maestro se revela a sí mismos’ (In der Beschränkung zeigt sich der Meister)(En la Restricción se muestra el Maestro). Debido a estas limitaciones del mundo material necesitamos despertar y nutrir las cualidades internas tales como la intuición, el entendimiento y el coraje. Podemos comparar la vida en la Tierra a jugar un juego intrincado y rico. Todos los juegos tienen ciertas reglas. Por una parte, esas reglas son limitantes, pero por otra, hacen posible el juego con toda su alegría y entusiasmo.